Cuando alguien dice «¡Sé como Jesús!», está
rechazando tu forma de ser. Siempre que alguien te dice que seas como otra persona,
no te está aceptando a ti. No eres bienvenido, eres como un intruso. No
serás amado a menos que te conviertas en otra persona. ¿Qué clase de amor es
ese que te destruye y solo se da cuando te conviertes en algo falso y no
auténtico?
Si eres auténtico, solo puedes ser tú mismo.
Todo lo demás será falso, serán máscaras, personalidades, pero no será tu esencia.
Puedes decorarte con la personalidad de Buda, pero nunca te llegará al corazón.
No estará relacionado contigo, no tendrá nada que ver contigo. Solo estará en el exterior. Un
rostro que nunca será tu rostro.
Quien sea que esté intentando convertirte en
otra persona y te diga «Te querré si eres como Buda o como Cristo...», no te
quiere. Tal vez ame a Cristo, pero a ti te odia. Y su amor por Cristo tampoco
puede ser muy profundo porque si realmente ama a Jesús habría comprendido la
singularidad absoluta de cada individuo.
El amor es una comprensión profunda. Si has
amado a alguien, habrás desencadenado dentro de ti una cualidad de visión
diferente. Ahora puedes ver con claridad. Si has amado a Jesús, te encuentres
con quien te encuentres, verás la realidad de esa persona, de ese ser humano
específico, de su potencial aquí y ahora. Amarás a esa persona, le ayudarás a
convertirse en lo que él o ella pueden convertirse. No esperarás nada más. Toda
expectativa es una descalificación, una negación, un rechazo. Simplemente das
tu amor sin esperar una recompensa, sin esperar un resultado. Ayudas sin tener
en la mente un futuro.
Osho