viernes, 16 de mayo de 2014

La vida debería ser las dos cosas: compleja y simple.

Hay que buscar esta armonía constantemente; de lo contrario la vida solo tiene una nota, una única nota. Puedes seguir repitiéndola, pero no podrás crear ninguna armonía con ella. Así que cada vez que sientas que algo se está convirtiendo en un problema, avanza inmediatamente, antes que dejes de darte cuenta.

Nunca crees tu hogar en ningún sitio, ni en la relación, ni en la soledad. Sigue fluyendo sin hogar, y no residas en ningún polo. Disfrútalo, deleítate en él, y cuando termine, pasa al otro: haz que sea algo rítmico. Por el día trabajas y por la noche descansas; así al día siguiente estás preparado nuevamente para trabajar, tras haber recobrado la energía. Imagina un hombre que trabajara día y noche, o que estuviera durmiendo día y noche. ¿Qué vida sería esa? La primera sería una locura; la otra, un coma. Entre las dos hay un equilibrio, una armonía. Trabaja intensamente para poder descansar. Descansa profundamente para que puedas ser capaz de trabajar, de ser más creativo.

Osho

miércoles, 14 de mayo de 2014

Estar completamente solo

Durante su crecimiento, el ser humano necesita pasear de un polo a otro. En ocasiones es bueno estar completamente solo: necesitas tu propio espacio, necesitas olvidarte del mundo, y ser tú mismo. El otro está ausente para que tú no tengas límites a tu alrededor. El otro es el que crea tu límite, de lo contrario eres infinito.

Al vivir con otras personas, al vivir en el mundo, en la sociedad, poco a poco empiezas a sentirte confinado, limitado, como si tuvieras muros a tu alrededor. Se convierte en un encarcelamiento sutil, y necesitas salir de ahí. En ocasiones necesitas estar completamente solo para que desaparezcan todos los límites, como si el otro no existiera en absoluto, y todo el universo y todo el cielo existiera solo para ti.

En ese momento de soledad uno se da cuenta por primera vez de qué es lo infinito. Pero si vives ahí demasiado tiempo, poco a poco, lo infinito te aburre, se vuelve insulso. Hay pureza y silencio, pero no hay éxtasis. El éxtasis proviene siempre de la otra persona. Entonces empiezas a sentirte hambriento de amor, y quieres escapar de esta soledad, de ese espacio inmenso. Quieres un lugar acogedor en el que estés rodeado por los demás para poder olvidarte de ti mismo. Esos son los dos polos básicos de la vida: el amor y la meditación.

Osho

La dicha

Acuérdate siempre de juzgarlo todo según tu sentimiento interior de dicha. Si te estás sintiendo dichoso, está bien. Si no te estás sintiendo dichoso, hagas lo que hagas, hay algo que falla en alguna parte.

Cuanto más tiempo permanezcas ahí, más se convertirá en algo inconsciente, y te olvidarás completamente de que el sentimiento de infelicidad persiste gracias a tu cooperación. Necesita tu cooperación; no puede existir por sí solo.

Osho

Meditación

La meditación no es más que tener el valor de estar solo y en silencio. Poco a poco empiezas a sentir una nueva cualidad en tu ser, una nueva viveza, una nueva belleza, una nueva inteligencia, que no has pedido prestada a nadie, que está creciendo en tu interior. Tiene raíces en tu propia existencia. Y si no eres un cobarde, llegará a buen término, florecerá.

Solo puede ser religiosa la persona valiente, valerosa, la persona que tiene agallas. No los que van a misa; esos son unos cobardes. Ni los hindúes, ni los musulmanes, ni los cristianos: todos ellos están en contra de la búsqueda. Forman parte de la misma multitud y están intentando hacer que se consolide más su falsa identidad. Naciste. Viniste al mundo con vida, con conciencia, con gran sensibilidad. Contempla a un niño pequeño. Míralo a los ojos, su frescura. Todo eso ha sido cubierto por una falsa personalidad.

Osho

Buenas intenciones

Hasta las buenas intenciones en manos de una persona inconsciente se vuelven venenosas.

Osho

El amor es una necesidad básica, tan básica como la libertad,

Así que hay que satisfacer a ambas. La persona que está llena de amor y que además es libre, es el fenómeno más maravilloso del mundo. Y cuando se unen dos personas de tal belleza, su relación no es en absoluto una relación. Es relacionarse. Es constante, como el fluir de un río. Se eleva constantemente hacia cimas más altas.

Osho

Si realmente amas a una persona, le darás total libertad

La meditación consiste simplemente en el proceso de descondicionamiento de la mente. Sea lo que sea lo que te haya hecho la sociedad, hay que deshacerlo.

Cuando ya no estés condicionada serás capaz de ver la belleza que poseen el amor y la libertad juntos; son dos caras de la misma moneda. Si realmente amas a una persona, le darás total libertad; ese es el don del amor. Y cuando hay libertad, el amor responde de una manera increíble. Cuando le das libertad a alguien obsequias con el mayor don que puedas ofrecerle, y entonces el amor te llegará con creces.

Osho

Mendigar es algo muy triste.

Aunque consigas algo mendigando, seguirás estando triste. Es algo que hiere. Hiere tu orgullo, hiere tu integridad. En cambio, compartir te hace estar más centrado, más integrado, más orgulloso; pero no más egoísta, simplemente orgulloso de que la existencia haya sido compasiva contigo.

No se trata del ego; es un fenómeno completamente distinto, un reconocimiento de que la existencia te ha permitido algo que millones de personas están intentando hacer, pero ante una puerta equivocada. Tú estás en la puerta correcta.

Estás orgulloso de tu dicha y de todo lo que la existencia te ha dado. Desaparece el miedo, desaparece la oscuridad, desaparece el dolor, desaparece el deseo del otro. Puedes amar a una persona, y si esa persona ama a otra, no sentirás celos, porque tu amor nacía de una gran dicha. No era apego, no estabas manteniendo a la otra persona en una prisión. No te preocupaba que la otra persona se te escapara de las manos, de que otra persona pudiera iniciar una relación amorosa con ella.

Cuando estás compartiendo tu alegría, no creas una prisión para nadie. Simplemente das. Ni siquiera esperas la gratitud o el agradecimiento de nadie porque no estás dando para conseguir algo, ni siquiera gratitud. Estás dando porque estás tan lleno que tienes que dar. 

Osho

Tú no conoces tu soledad.

No has experimentado tu soledad y su belleza; su gran potencia, su fuerza. En los diccionarios aislamiento y soledad son sinónimos, pero la existencia no obedece a los diccionarios. Y todavía no hay nadie que haya intentado hacer un diccionario existencial que no contradiga a la existencia.

El aislamiento es una ausencia, porque eres consciente de tu soledad. Tienes miedo. Te sientes aislado, por eso quieres apegarte a algo, a alguien, a alguna relación, simplemente aferrarte a la ilusión de que no estás aislado. Pero sabes que lo estás, de ahí el sufrimiento.

Por otro lado, te estás apegando a algo que no es real, que no es más que una solución temporal; una relación, una amistad. Sin embargo, mientras vives esa relación te creas una breve ilusión y olvidas tu aislamiento. Pero ese es el problema: a pesar de que puedes olvidar por un momento tu soledad, de repente, justo al momento siguiente eres consciente de que la relación o la amistad no es permanente.

Ayer no conocías a ese hombre o a esa mujer, erais extraños. Hoy sois amigos; mañana, ¿quién sabe? Puede que mañana volváis a ser extraños; de ahí el sufrimiento. La ilusión te proporciona cierto consuelo, pero no puede crear la realidad que haga desaparecer el miedo. Reprime el miedo, de modo que en la superficie te sientes bien; al menos, intentas sentirte bien.

Finges sentirte bien contigo mismo; qué relación tan maravillosa, qué maravilloso es ese hombre o esa mujer. Pero detrás de la ilusión -—y la ilusión es tan fina que puedes ver lo que hay detrás— hay dolor en tu corazón, porque el corazón sabe perfectamente que puede que mañana las cosas no sean iguales, y no lo serán. Toda tu experiencia vital confirma que las cosas no hacen más que cambiar. Nada es permanente; no puedes apegarte a nada en un mundo cambiante.

Querías hacer de la amistad algo permanente, pero tu deseo va en contra de la ley del cambio, y esa ley no va a hacer excepciones. Simplemente sigue su curso. Cambiará, todo cambiará. Quizá a la larga, llegue un día en el que entiendas que el hecho de que la existencia no te escuchara, de que no te hiciera caso y siguiera a su manera, y no actuara de acuerdo con tu deseo, fue positivo.

Osho 

Aquel que da es un emperador

Existen dos tipos de amor. Uno es el amor que aparece cuando te sientes aislado: te acercas a la otra persona por necesidad. El otro tipo de amor surge cuando no te sientes aislado sino solo.

En el primer caso lo haces para obtener algo a cambio; en el segundo lo haces para dar algo. Aquel que da es un emperador. El amor que surge de la soledad no es un amor corriente. No tiene nada que ver con la lujuria; al contrario, es la gran transformación de la lujuria en amor. Y el amor te hace individual. Si no te hace individual, si intenta convertirte en un esclavo, no es amor; es odio que pretende ser amor. Ese tipo de amor, mata, destruye la individualidad de la otra persona. Hace que seas menos que un individuo. Te empuja hacia abajo. No te ensalza, no te vuelves grácil. Te empuja hacia el barro, y todo aquel que está atrapado en ese tipo de relación comienza a sentir que se está estableciendo en algo sucio.

Osho

miércoles, 7 de mayo de 2014

Ama incondicionalmente, no pidas nada a cambio.

Todo crecimiento necesita amor, pero amor incondicional. Si el amor impone condiciones, el crecimiento no podrá ser total porque esas condiciones se interpondrán. Ama incondicionalmente, no pidas nada a cambio. Recibirás mucho sin necesidad de pedirlo —lo convertirías en otra cosa—, pero no seas un mendigo. En el amor, sé un emperador. Solamente da y observa qué ocurre: recibirás mil veces más. Pero tienes que aprenderte el truco. De lo contrario seguirás siendo un avaro; darás un poco y esperarás recibir algo, y esa espera y esa expectación destruirán toda la belleza de tus actos.

Cuando estás aguardando y esperando, la otra persona siente que eres un manipulador. Puede que lo diga o puede que no, pero siente que eres un manipulador. Y cuando uno siente que la otra persona está intentando manipularla, se rebela contra ello porque va contra la necesidad interior del alma, ya que cualquier exigencia que provenga del exterior te desintegra. Cualquier exigencia del exterior te divide. Cualquier exigencia del exterior es un crimen contra ti, porque contamina tu libertad. Entonces ya no eres sagrado. Ya no eres el fin, estás siendo utilizado como un medio. Y el acto más inmoral del mundo consiste en utilizar a otra persona como un medio. Cada ser es un fin en sí mismo. El amor te trata como un fin en ti mismo.

No tiene que arrastrarte ninguna expectación. Así que hay que tener presentes algunas cosas. Una de ellas es amar, pero no como una necesidad sino como un compartir. Ama, pero no esperes; da. Ama, pero recuerda que tu amor no debería convertirse en una prisión para la otra persona. Ama, pero sé muy cuidadoso, estás pisando un terreno sagrado. Estás dirigiéndote hacia el templo más alto, más puro y más sagrado. ¡Mantente alerta! Deja todas las impurezas fuera del templo. Cuando ames a una persona, ama a esa persona como si fuera un dios, ni más ni menos. Nunca ames a una mujer como mujer, ni a un hombre como hombre porque si amas a un hombre como hombre tu amor será muy ordinario. Tu amor no será más que lujuria. Si amas a una mujer como mujer, tu amor no se elevará muy alto. Ama a una mujer como a una diosa, y el amor se convertirá en adoración.

Osho

Todo aquello que destruya la libertad no es amor.

Cuando dos personas aisladas se unen, su aislamiento se duplica, o incluso se multiplica. Eso es lo que ocurre normalmente. Cuando estás solo te sientes aislado y cuando mantienes una relación te sientes infeliz. Esta es una observación cotidiana.

Cuando uno no está manteniendo ninguna relación se siente solo, y busca a alguien con quien relacionarse. Cuando mantiene una relación con otra persona, empieza el sufrimiento; empieza a sentir que estaba mejor solo; esto es insoportable. ¿Qué es lo que ocurre? Dos personas aisladas —es decir, dos personas deprimidas, tristes, infelices— se encuentran y la infelicidad se multiplica. ¿Cómo pueden dos fealdades volverse bellas? ¿Cómo pueden dos aislamientos reunidos provocar una sensación de plenitud? Es imposible. Se aprovechan el uno del otro, en cierto modo intentan engañarse a sí mismos relacionándose con la otra persona, pero ese engaño no llega muy lejos. Una vez que ha terminado la luna de miel también se termina el matrimonio. No es más que una ilusión temporal.

El auténtico amor no es una búsqueda para combatir la soledad. El auténtico amor consiste en transformar el aislamiento en soledad, en ayudar a la otra persona. Si amas a una persona, la ayudas a estar sola. No intentas llenarla. No intentas completar a la otra persona con tu presencia. La ayudas a estar sola, a estar tan llena de sí misma o de su propio ser que no te necesite.

Cuando una persona es completamente libre, puede compartir; es el fruto de esa libertad. Entonces da mucho, pero no es una necesidad; da mucho, pero no supone una negociación. Da mucho porque tiene mucho. Da porque disfruta dando. Los amantes están solos, y un verdadero amante nunca destruye tu soledad. Siempre será totalmente respetuoso con tu individualidad, con tu soledad. Es sagrada. No interferirá en ella, no intentará entrometerse en ese espacio.

Sin embargo, normalmente, los amantes, los denominados “amantes”, tienen mucho miedo a la soledad de la otra persona, a su independencia. Tienen miedo porque creen que si la otra persona es independiente, no les necesitará, se deshará de ellos. Así que la mujer no hace más que intentar controlarlo todo para que su marido o su novio siga siendo dependiente. Tiene que necesitarla siempre, para que ella siga siendo valiosa. Y el hombre no hace más que intentar lo mismo por todos los medios posibles, para que siga siendo valioso. El resultado es una transacción, no es amor, y hay luchas y peleas continuas.

La lucha se establece porque todo el mundo necesita libertad. El amor permite la libertad; no solo la permite, sino que la refuerza. Todo aquello que destruya la libertad no es amor. Será otra cosa. El amor y la libertad van juntos, son dos alas de un mismo pájaro. Siempre que veas que tu amor va en contra de tu libertad, debes saber que estás haciendo otra cosa en nombre del amor. Permite que este sea tu criterio a seguir: la libertad es el criterio; el amor te da libertad, te hace libre, te libera. Y una vez que eres totalmente libre, te sientes agradecido a la persona que te ha ayudado. Ese agradecimiento es casi religioso. Sientes que en la otra persona hay algo divino. Él te ha hecho libre, ella te ha hecho libre, y el amor no se ha convertido en posesión.

Cuando el amor se deteriora se convierte en posesión, celos, lucha por el poder, política, dominación, manipulación; mil cosas, todas ellas horribles. Cuando el amor se eleva a las alturas, al cielo más puro, es libertad, libertad absoluta.

Osho

martes, 6 de mayo de 2014

Cómo puedes amar sin odiar?

Si fuera posible un mundo sin ira, yo no lo elegiría, porque la compasión sin ira no tendría vida. El opuesto es lo que aporta la tensión, el opuesto es lo que proporciona el carácter.

Cuando el hierro pasa por el fuego se convierte en acero; sin fuego no puede convertirse en acero. Y cuanto más elevada sea la temperatura, mayor será el temple, la fuerza del acero. Si tu compasión puede pasar por el fuego de la ira, cuanto más elevada sea la temperatura de la ira, mayor será el temple y la fuerza de la compasión.

Buda es compasivo. Es un guerrero. Proviene de la casta kshatriya, es un samurai. Debió de llevar una vida llena de ira; y, de repente, llegó la compasión. El maestro jainista Mahavira pertenecía a la casta de los kshatriyas. Parece absurdo, pero si se analiza tiene cierta lógica: todos los grandes maestros de la no violencia provenían de razas guerreras. Hablan de la no violencia, de la compasión; han vivido la violencia, saben lo que es, la han experimentado. Solo un kshatriya, un guerrero que haya vivido en medio del fuego, tiene esa gran compasión o la posibilidad de que esta surja.

Así que recuerda: si los extremos están luchando dentro de tu corazón, no elijas. Permite que ambos estén ahí. Sé una gran casa, ten suficiente espacio para ambos. No digas: “Solo sentiré compasión, no ira; solo sentiré amor, no odio”. Te empobrecerás. Ten un gran corazón, deja que ambas cosas estén ahí. No hace falta crear un enfrentamiento entre ellas; no hay lucha.

La lucha surge de la mente, de las enseñanzas, de la educación, de tu condicionamiento. El mundo no hace más que decirte: “Ama, no odies”. ¿Cómo puedes amar sin odiar? Jesús dice: “Ama a tus enemigos”. Pero yo te digo: “También odia a tus amantes”. De ese modo se convierte en un todo completo. De lo contrario el mandamiento de Jesús está incompleto. Él dice: “Ama a tus enemigos”. Tú odias únicamente a tus enemigos, y Él te dice que también deberías amarlos. Pero falta la otra parte. Yo te digo: odia también a tus amigos; odia también a tus amantes, y no tengas miedo.

Así, poco a poco verás que no hay diferencia entre amigo y enemigo porque amas y odias a tu enemigo y amas y odias a tu amigo. Será simplemente una cuestión de qué cara de la moneda ves. Entonces el amigo es enemigo y el enemigo es amigo. Cuando ocurre eso desaparecen las distinciones. No crees una lucha interior, permite que existan las dos. Ambas serán necesarias. Ambas te darán alas; solo entonces podrás volar.

Osho

La medicina cura tu cuerpo; la meditación cura tu alma.

Todos los conflictos que hay en el mundo se deben a malentendidos. Tú dices algo y tu mujer entiende otra cosa. Tu mujer dice algo y tú entiendes otra cosa. He visto parejas que han vivido juntas durante treinta o cuarenta años, y, a pesar de ello, parecen tan inmaduras como lo eran el primer día que estaban juntos. Se quejan siempre de lo mismo: “No entiende lo que digo”. Cuarenta años viviendo juntos y no has sido capaz de descubrir cómo lograr que tu mujer entienda exactamente lo que estás diciendo, y tú ¿eres capaz de entender exactamente lo que ella está diciendo?

Yo creo que esto solo puede conseguirse a través de la meditación, porque la meditación te da el don del silencio, la conciencia, la escucha paciente, la capacidad de ponerte en la posición de la otra persona.

Las cosas no son imposibles pero no hemos tomado la medicina adecuada. Me gustaría recordarte que la palabra “medicina” proviene de la misma raíz que “meditación”. La medicina cura tu cuerpo; la meditación cura tu alma. La medicina cura tu parte material; la meditación cura tu parte espiritual. Las personas viven juntas y sus espíritus están llenos de heridas; por tanto, las pequeñas cosas les hieren mucho.

Osho

lunes, 5 de mayo de 2014

El verdadero amor comienza cuando se termina la luna de miel

Para mí, el verdadero amor comienza cuando se termina la luna de miel. Cuando llega ese momento tu mente empieza a pensar en que todo se ha acabado, ha terminado; “Empieza a buscar a otra mujer, a otro hombre. ¿Qué sentido tiene ahora continuar? ¡Ya no es divertido!”.

Si en ese momento continúas amando, el amor se volverá más profundo, se convertirá en intimidad. Tendrá otro encanto. Ahora tendrá sutileza, no será superficial. No será diversión, será meditación, será una plegaria. Te ayudará a conocerte a ti mismo. La otra persona se convertirá en un espejo, y a través de ella serás capaz de conocerte a ti mismo. Ahora es el momento adecuado para crecer, porque ya no se desperdiciará toda la energía que se canalizaba hacia la excitación: se verterá en las verdaderas raíces del amor, y el árbol podrá tener un espeso follaje.

Si logras que siga aumentando esta intimidad que ya no es excitación, surgirá la dicha; primero la excitación, después el amor, y después la dicha. La dicha es el resultado último, la plenitud. La excitación no es más que el comienzo, el disparo inicial; no es el final. Aquellos que terminan en la excitación nunca sabrán qué es el amor, nunca conocerán el misterio del amor, nunca llegarán a conocer la alegría del amor.

Conocerán sensaciones, la excitación, la febril pasión, pero nunca llegarán a conocer el encanto del amor. Nunca sabrán lo maravilloso que es estar con una persona cuando no hay excitación sino silencio, sin palabras, sin esforzarse en hacer nada. Limitándose a estar juntos, compartir un espacio, ser uno, compartir tu ser con la otra persona, sin pensar qué hacer ni qué decir, dónde ir ni cómo disfrutar; todo eso ya pasó. Pasó la tormenta y solo hay silencio.

Sin embargo, eso no significa que ahora no vayáis a hacer el amor; en realidad no se tratará de “hacer”, el amor sucederá. Sucederá como fruto del encanto, del silencio y del ritmo; surgirá de tus profundidades, no será algo corporal. Hay un tipo de sexo que es espiritual, que no tiene nada que ver con el cuerpo. Aunque el cuerpo tome parte en él, aunque participe en él, no es su fuente. Entonces, y solo entonces, el sexo adopta el color del tantrismo. Así que yo te aconsejo que te observes a ti mismo. Ahora que te estás acercando al templo, no huyas. Entra en él. Olvídate de la excitación, es algo infantil. Más adelante te espera algo maravilloso. Si eres capaz de esperar a que llegue, si tienes paciencia y confianza, llegará.

Osho