sábado, 1 de marzo de 2014

El amor no es un negocio, así que deja de ser un negociante.

Observa a las personas, fíjate que lo dan todo por descontado. Cuando tu mujer te prepara la comida nunca se lo agradeces.  No estoy diciendo que tengas que verbalizar tu agradecimiento, pero deberías demostrarlo con la mirada. En cambio, no te molestas en hacerlo, lo das por descontado; ese es su trabajo. ¿Quién te ha dicho eso?

Cuando tu marido sale a ganarse el sueldo tú nunca se lo agradeces. No sientes ninguna gratitud. “Eso es lo que tiene que hacer un hombre” Así es como piensas. ¿Cómo va a crecer el amor? El amor necesita una atmósfera de amor. El amor necesita una atmósfera de gratitud, de agradecimiento. El amor necesita una atmósfera de no-exigencia, de noexpectación.

Esta es la segunda cosa que hay que recordar.
la tercera cosa es: en vez de pensar en cómo recibir amor, empieza a darlo. Si das, recibirás. No existe otra manera. La gente está más interesada en cómo conseguir y recibir. Todo el mundo está interesado en recibir y parece que nadie disfruta dando. La gente da de muy mala gana; cuando dan, lo hacen para obtener algo a cambio, son como negociantes.

Es una negociación. Solo quieren asegurarse de que obtienen más de lo que dan; en tal caso es un buen trato, un buen negocio. Y la otra persona está haciendo lo mismo.

El amor no es un negocio, así que deja de ser un negociante. De lo contrario desperdiciarás tu vida y el amor, y todo lo que hay de bello en élporque lo que es bello no tiene nada que ver con los negocios. Los negocios son la cosa más horrible que hay en el mundo, aunque sea un mal necesario; pero la existencia desconoce completamente los negocios.

El árbol florece, no es un negocio; las estrellas brillan, no son un negocio, y no tienes que pagar por ello ni nadie te exige nada a cambio. Un pájaro se posa en la puerta de tu casa y entona una melodía, pero no te pedirá un certificado ni ninguna muestra de agradecimiento. Una vez entonada la melodía, se irá volando feliz, sin dejar ninguna huella.
Así es como crece el amor. Da sin esperar a ver cuánto recibes. Sí, llega, y multiplicado por mil, pero lo hace de forma natural Llega por sí solo, no hace falta exigirlo. Cuando lo exiges, no llega. Una vez que lo exiges, lo has matado. Así que da. Comienza a dar.

Osho

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