domingo, 12 de mayo de 2013

No te vuelvas un niño


Un niño es sencillo, pero no te vuelvas un niño, vuélvete maduro. Por supuesto, cuando te vuelves absolutamente maduro, de nuevo se produce la semilla de la infancia, pero es cualitativamente diferente. Un sabio es un niño, pero no es infantil. El sabio ha recobrado la flor, la fragancia, la novedad de un niño, pero también hay una profunda diferencia: un niño tiene muchas cosas reprimidas en él, y cada vez que se le de una oportunidad saldrá el sexo, saldrá la ira, entrará en el mundo, se apegará y se perderá; tiene esas semillas en su interior. El sabio no tiene semillas, no puede perderse. ¡No puede perderse porque ya no existe! No lleva nada en su interior.

Osho

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