Mira a un niño pequeño. Si está realmente vivo será rebelde, intentará ir a su manera. Pero si es un mudo imbécil, un idiota, estancado de algún modo en alguna parte, sin crecer, se sentara en un rincón perfectamente obediente. Le dices que vaya y él va; le dices que venga y viene. Le dices que se siente, y se sienta; le dices que se levante, y se levanta. Es perfectamente obediente porque no tiene personalidad propia. A la sociedad, a la familia, a los padres, les gusta este niño. Dirán: "Mira; es tan obediente...".
Osho
Osho
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