Siempre insisto en decir que el individuo
debería sentirse tan feliz, tan dichoso, tan silencioso, tan satisfecho, que
gracias a ese estado de satisfacción empieza a compartir. Está tan pleno como
una nube cargada de lluvia que debe descargarla.
Si resulta que sacia la sed de los demás o la
sed de la tierra, esto es secundario. Si cada individuo está lleno de alegría,
lleno de luz y lleno de silencio, lo compartirá sin que nadie se lo diga,
porque compartir es una felicidad. Dárselo a alguien produce más alegría que
obtenerlo.
Osho
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