A veces en el cielo hay nubes negras, pero el cielo no cambia a causa de
esas nubes. A veces también hay nubes blancas y el cielo no cambia a causa de
esas nubes blancas. Las nubes vienen y van, pero el cielo permanece. Las nubes
vienen y van, pero el cielo se mantiene.
Tú eres el cielo y los pensamientos son las
nubes. Si observas minuciosamente tus pensamientos, si no se te escapan, si los
miras de frente, lo primero que tendrás es esta comprensión; y se trata de una
gran comprensión. Es el principio de tu budeidad, es el principio de tu
despertar. Ya no estás dormido, ya no te identificas con las nubes que vienen
y van. Ahora sabes que tú te mantienes así para siempre. De repente,
desaparece toda la ansiedad. No hay nada que te pueda cambiar, nada te cambiará jamás; entonces,
¿para qué sentir ansiedad, para qué estar angustiado? ¿De qué sirve estar preocupado?
La preocupación no te puede afectar. Son cosas que vienen y van, solo son
pequeñas ondas en la superficie. En el fondo de tu ser no se forma ninguna
onda. Tú estás ahí y eres eso. Tú eres ese ser. La gente de zen llama a ese
estado el estado de ser el anfitrión.
Osho
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