viernes, 17 de enero de 2014

La ausencia de pensamiento es meditación :)

Cuando no se piensa es cuando llegamos a conocer a quien está oculto por nuestros pensamientos. Cuando no hay nubes aparece el cielo azul, y también hay un cielo dentro de ti. Aparta las nubes de los pensamientos para verlo, para conocerlo. Se puede hacer. Cuando la mente está en calma y no tiene pensamientos, en ese silencio, en esa profunda irreflexión, en la ausencia completa de pensamientos se ve la verdad.

¿Qué se puede hacer para conseguirlo? Hay que hacer una cosa muy sencilla, pero te resultará muy difícil porque te has vuelto muy complejo. Lo que es posible para un recién nacido a ti te resulta imposible. El niño se limita a mirar, sin pensar. Solamente ve. Y simplemente ver es maravilloso. En eso consiste el secreto, la llave que puede abrir la puerta de la verdad.

Yo os estoy viendo. Simplemente os estoy viendo. ¿Lo comprendéis? Solo os estoy viendo, sin pensar. Y entonces desciende sobre mí una calma insólita, un silencio
palpable, y se ve todo y se oye todo pero nada perturba la calma en el interior. Dentro no hay ninguna reacción, no hay pensamientos. Solo existe darshan, «ver».

La conciencia correcta es el método de la meditación.
Tienes que ver, solo ver lo que está dentro y lo que está fuera. Fuera hay objetos; dentro, pensamientos. Tienes que mirarlos sin ningún objetivo concreto. No existe ningún objetivo; solo ver. Eres un testigo, un testigo imparcial, y simplemente ves.

Esa atención, esa vigilancia, poco a poco te lleva a la paz, al vacío, a la ausencia de pensamiento.
Inténtalo y lo conocerás.

A medida que se disuelven los pensamientos se despierta y cobra vida la conciencia. Párate un día tranquilamente, en cualquier sitio, en cualquier momento. Mira, escucha y sé testigo del mundo y de ti mismo. No pienses. Limítate a ser testigo y ver qué ocurre. Deja que crezca la actitud de ser testigo, deja que invada toda tu actividad física y mental. Deja que esté siempre contigo.

Si eres testigo, tu ego desaparecerá y verás, comprenderás lo que realmente eres. El «yo» morirá y se alcanzará el ser.
En esta sadhana (disciplina) de ser testigo, en esta observación del propio estado mental, se produce fácilmente una transformación, un cambio, entre lo que se presencia y el que es testigo. Mientras observas tus pensamientos vislumbras al que está observando. Y un día, el que observa aparece en toda su gloria y majestad y tocan a su fin tu miseria y tu desdicha.

No es un método que se pueda practicar solo de vez en cuando para conseguir la liberación. Hay que practicarlo continuamente, día y noche. A medida que se practica el ser testigo, a medida que se avanza hacia el estado de ser testigo, ese estado se hace más estable y empieza a estar presente todo el tiempo.

Poco a poco empieza a acompañarte continuamente, despierto y dormido. Incluso empieza a estar presente durante el sueño. Y cuando eso ocurre, cuando empieza a estar presente incluso mientras duermes, puedes tener la certeza de que ha profundizado en tu interior, de que ha extendido sus raíces a lo largo y lo ancho. Hoy estás dormido incluso cuando estás despierto. Mañana estarás despierto incluso cuando duermas.

Este estado disuelve los pensamientos despertándonos del sueño y de los sueños.
Las olas se disuelven en una mente libre de pensamientos y sueños. La mente se queda en calma, sin olas, sin temblores, al igual que el mar está en calma cuando no hay olas, al igual que la llama de una vela no titila cuando no sopla brisa en la casa. Es en tal estado cuando se conoce a Dios, el que es el ser, el que soy yo, la verdad. Y entonces se abren las puertas del palacio de Dios.

Estas puertas, esta entrada, no se encuentra en las palabras... se encuentra en el ser. Por eso digo que no hay que indagar en otro sitio, sino en ti mismo. No vayas a ninguna otra parte. Adéntrate en ti mismo.

Osho

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