sábado, 25 de enero de 2014

Todo lo que venga de fuera no es alegría, ni puede serlo.

LO QUE NORMALMENTE CONSIDERAMOS ALEGRÍA no es tal alegría; en el mejor de los casos podemos llamarlo entretenimiento. Es simplemente una forma de evitarte a ti mismo. Es una forma de intoxicarte, de sumergirte en algo para olvidarte de tu sufrimiento, de tus preocupaciones, de tu angustia.

Se piensa que todo tipo de entretenimiento te trae alegría, pero no es así. Todo lo que venga de fuera no es alegría, ni puede serlo. Todo lo que depende de algo no es ni puede ser alegría. La alegría surge de tu interior. Es algo completamente independiente de las circunstancias externas. 

Y no es una huida de sí mismo; es encontrarse consigo mismo.  La alegría surge únicamente cuando vuelves a casa.
De modo que lo que se suele llamar alegría es justo lo contrarío, lo diametralmente opuesto: no es alegría. En realidad buscas diversiones porque no estás alegre.

Osho

Comprender tu sufrimiento te libera de ese sufrimiento

HAY QUE COMPRENDER UNA COSA: que la iluminación no significa huir del dolor, sino comprender el dolor, comprender tu angustia, tu sufrimiento; no es una tapadera, ni un sustituto, sino una profunda comprensión: «¿Por qué soy tan desgraciado, por qué tanta angustia, tanta tensión, cuáles son las causas de que yo mismo cree todo esto?». Y ver claramente esas causas equivale a librarse de ellas.

Comprender tu sufrimiento te libera de ese sufrimiento, y lo que queda es la iluminación. La iluminación no te llega así como así. Viene cuando se han comprendido perfectamente el dolor, la desdicha, la angustia y la tensión y se han evaporado porque ya no existe causa alguna para que sigan existiendo en ti: ese estado es el de la iluminación.

Por primera vez en tu vida te proporcionará verdadera satisfacción, verdadera dicha, verdadero éxtasis.

Osho

No conoces otra manera de vivir; sólo la del sufrimiento.

Una verdadera educación no te enseñará a competir; te enseñará a colaborar. No te enseñará a pelear para llegar el primero. Te enseñará a ser creativo, a ser cariñoso, a ser dichoso sin compararte con los demás.  No te enseñará que sólo puedes ser feliz si llegas el primero: es una estupidez. 

No puedes ser feliz simplemente por ser el primero, y al intentar ser el primero sufrirás tanto que cuando lo consigas te habrás acostumbrado al sufrimiento.

Cuando llegues a presidente o primer ministro de un país habrás sufrido tanto que el sufrimiento será tu segunda naturaleza. No conoces otra manera de vivir; sólo la del sufrimiento. La tensión ha arraigado en ti; la angustia se ha convertido en tu modo de vida. No conoces otro modo. Así que aunque seas el primero seguirás angustiado, cauto, con miedo. Tu cualidad interna no cambiará en absoluto.

Una educación de verdad no te enseñará a ser el primero. Yo te digo que disfrutes de lo que haces, no por los resultados, sino por el acto en sí.  Al igual que un pintor, un bailarín o un músico.

Osho

«Existe el placer y existe la dicha. Renuncia a lo primero para poseer lo segundo».

Este momento lo es todo.  Ahora es el único tiempo y aquí es el único espacio. Y de repente el cielo desciende sobre ti. Eso es la dicha. Eso es la verdadera felicidad.

Busca la dicha; es tu derecho inalienable. No sigas perdido en la jungla de los placeres; elévate un poco. Ve en busca de la felicidad y después de la dicha. El placer es animal; la felicidad es humana; la dicha, divina. El placer te ata, es una esclavitud, te encadena. La felicidad te afloja un poco la cuerda, te da un poco de libertad, pero sólo un poco. La dicha es la libertad absoluta. Empiezas a avanzar hacia arriba; te da alas.

Dejas de formar parte de la grosera tierra; pasas a formar parte del cielo. Te conviertes en luz, en alegría.  El placer depende de los demás. La felicidad no depende de otros, pero de todos modos es algo distinto de ti. La dicha no depende de nada, ni es nada distinto de ti; es tu ser mismo, es tu naturaleza misma.

Buda Gautama dice: «Existe el placer y existe la dicha. Renuncia a lo primero para poseer lo segundo».

Medita sobre esto lo más profundamente posible, porque contiene una de las verdades más fundamentales. Hay que comprender estas cuatro palabras, reflexionar sobre ellas. La primera es placer; la segunda, felicidad; la tercera, alegría, y la cuarta es dicha.

El placer es algo físico, fisiológico. El placer es lo superficial de la vida, la excitación. Puede ser sexual o de otros sentidos; puede convertirse en obsesión con la comida, pero está arraigado en el cuerpo.

El cuerpo es tu periferia, tu circunferencia, no tu centro. Y vivir en la circunferencia significa vivir a merced de toda clase de cosas que suceden a tu alrededor. Quien busque el placer quedará a merced de la casualidad.  Ocurre como con las olas del mar: están a merced de los vientos. Cuando soplan vientos fuertes, aparecen las olas; cuando desaparecen los vientos, desaparecen las olas. No tienen una existencia independiente, son dependientes, y todo lo que depende de algo exterior supone esclavitud.

El placer depende del otro. Si amas a una mujer, si ése es tu placer, esa mujer se convierte en tu dueña. Si amas a un hombre, si ése es tu placer y te sientes desgraciada y desesperada sin él, has creado tu propia esclavitud. Has creado una prisión; ya no eres libre. Si vas en pos del dinero y del poder, dependerás del dinero y del poder. Quien se dedica a acumular dinero, si su placer consiste en tener cada día más dinero, será cada día más desgraciado, porque cuanto más tiene, más quiere, y cuanto más tiene, más miedo tiene de perderlo.

Es una espada de doble filo: querer más es el primer filo de la espada. Cuanto más exiges, cuanto más deseas, cuanto más sientes que te falta algo, más vacío y hueco te sientes. Y el otro filo de la espada es que cuanto más tienes, más temes que te lo quiten. Te lo pueden robar.

El banco puede ir a la bancarrota, puede cambiar la situación política del país, hacerse comunista... Hay mil cosas de las que depende tu dinero. Tu dinero no te hace amo, sino esclavo.

Osho

Lo que llamamos «felicidad» depende de la persona.

En su primera cita, un chico, pensando en alguna forma de divertirse, le preguntó a la chica si quería ir a jugar a los bolos. Ella contestó que no le gustaban los bolos. Después el chico propuso que fueran a ver una película, pero ella contestó que no le gustaba el cine. Mientras intentaba pensar en otra cosa le ofreció un cigarrillo, que la chica rechazó. Después le preguntó si quería ir a bailar y tomar copas a la nueva discoteca. Ella volvió a rechazar la propuesta, diciendo que no le gustaban esas cosas.  Desesperado, le preguntó si quería ir a su apartamento a pasar la noche haciendo el amor. Para su sorpresa, la chica accedió de buena gana, lo besó apasionadamente y dijo: «¿Lo ves? No hacen falta esas cosas para divertirse».

Lo que llamamos «felicidad» depende de la persona. Para la persona dormida, las sensaciones placenteras son la felicidad. La persona dormida vive cambiando de un placer a otro. Se precipita de una sensación a otra.

Vive para las pequeñas emociones; lleva una vida muy superficial. No tiene profundidad, no tiene calidad. Vive en el mundo de la cantidad.

Osho

martes, 21 de enero de 2014

Jamás aceptes ningún criterio que te haga desgraciado.

HAY PERSONAS A TU ALREDEDOR QUE TE VUELVEN LOCO. Por lo demás todo es perfecto. Este es un mundo perfecto; no le falta nada, pero unos cuantos chiflados no pueden quedarse tranquilos a menos que empujen a los demás a correr en pos de sombras que nunca podrán ser reales.

Y cuanto más comprenden que no pueden hacerse realidad, mayor el sinsentido, mayor la desesperanza, mayor el sentimiento de absoluto vacío... y la tristeza se impone y aumenta a medida que pasa el tiempo.

Jamás aceptes ningún criterio que te haga desgraciado. Jamás aceptes una moralidad que te haga sentirte culpable. Jamás aceptes nada que intente imponerte algo en contra de tu carácter.  Sé tú mismo y serás perfecto.

Apártate de ti mismo y tendrás grandes dificultades. Todo el mundo las tendrá. Según mi propia experiencia de contacto con miles de personas, nunca he visto a un hombre realmente desgraciado. Por el contrario; he conocido a personas que disfrutan de su desgracia, que exageran su desgracia. Da una tremenda lástima ver que unas personas que podrían haberse transformado en hermosas flores hayan quedado tan reducidas. No conocen el camino hacia su propia casa, y todo el mundo intenta ayudarlas a ir a otro sitio... «Sé un Jesucristo, sé un Buda, sé un Moisés.» Pero nadie te dice: «Sé tú mismo».

¿Qué relación existe entre Moisés y tú? ¿Cuáles son los vínculos entre Moisés y tú? Pero la gente rinde culto, y reza, con la esperanza de que algún día llegarán al ideal que imaginan. Naturalmente, siempre fracasan. Eres una rosa y vas a ser una rosa. Que el mundo entero lo aprecie o lo condene, no importa.

En cuanto una persona toma la postura de «Voy a hacerme valer»... no tiene nada que ver con el ego; se trata simplemente de protegerte ante un mundo criminal corrompido desde hace miles de años. Tienes derecho a protegerte, a que no te envenenen. Y no sentirás ninguna necesidad de un dios, de una religión, dé un código moral, de una metodología, de hacer esfuerzos por alcanzar la iluminación.

El simple hecho de ser natural supone más de lo que te imaginas. Salvo el hombre, la existencia entera está iluminada. Nadie intenta conseguir otra cosa; todo el mundo
está tranquilo, en paz con el universo.

El gran científico Julián Huxley sostiene una hipótesis que, aunque no hay forma de demostrarla, parece tener cierta trascendencia. Tras toda una vida de investigaciones llegó a la siguiente conclusión; «Parece que algo ha ido mal en el mecanismo mismo del hombre. Porque ningún árbol parece sentir angustia, ningún animal en libertad se suicida, ningún animal en libertad se vuelve homosexual». Pero en los zoológicos ocurre algo extraño. Cuando los animales viven en un zoológico, empiezan a adquirir características humanas, como la homosexualidad. Se ha descubierto que algunos se suicidan. Se vuelven pervertidos, empiezan a hacer cosas que no habían hecho sus antepasados, durante milenios. ¿Qué ocurre en el zoológico? Los animales pasan a formar parte de la sociedad humana, a imitar a los seres humanos. Se deforman, se vuelven antinaturales.

En mi opinión, la existencia entera es absolutamente sana, absolutamente serena, salvo el hombre. La idea de Julián Huxley posee cierto valor pragmático. Quizá no se pueda demostrar qué es lo que se ha torcido, porque el hombre es un mecanismo muy complejo, pero no cabe duda de que algo se ha torcido.

Osho

¿En qué consiste lo bueno?

Los sacerdotes, los llamados líderes religiosos y todos los que os quieren ver esclavizados os dan ideales. Os dicen: «A menos que os comportéis de cierta manera, os equivocaréis». A menos que hagáis lo que os mandan, no sois buenos. Nadie le ha preguntado a esas personas: «¿Quién os ha dado autoridad para decidir por otros? Si pensáis que algo está bien, hacedlo, pero no tenéis ningún derecho a decirle a nadie que siga vuestro ejemplo».

Los grandes corruptores, los grandes envenenadores son quienes han creado a los seguidores, porque seguir a alguien simplemente significa meterte en una situación absurda contra ti mismo: te dicen que tienes que ser alguien que nunca podrás ser.

Esto ha creado todo un mundo de terrible sufrimiento.
A menos que comprendamos las raíces, no desaparecerá ese sufrimiento.  Podremos tener más artilugios, más tecnología, pero no acabará el sufrimiento. No se trata solo de que los pobres sufran; según mi experiencia, el pobre sufre menos que el rico... el pobre, al menos, tiene alguna esperanza. El rico vive sin esperanza. Sabe que ha hecho todo lo que podía hacer, y su vida está tan vacía como siempre, o incluso más vacía que nunca. Y se aproxima la muerte, la vida se acorta por momentos, y la ha desperdiciado acumulando dinero, poder, prestigio. Ha desperdiciado su vida por ser santo, por orar ante dioses fabricados por el hombre.  Y todo esto se ha hecho sencillamente para que no puedas ser tú mismo.

Mi moral es muy sencilla, la que os enseño: no os volváis en contra de vuestra naturaleza. Ni aunque todos los budas posibles, de todas las épocas, se opusieran a ello, no les hagáis caso. No tienen nada que ver con vosotros. Hicieron lo que les parecía bueno para ellos, y vosotros tenéis que hacer lo que consideréis bueno para vosotros.

¿En qué consiste lo bueno? No lo puede definir ningún texto sagrado. No lo puede definir ningún criterio externo. Hay que comprender un criterio intrínseco: lo que te hace más feliz es bueno. La única moralidad es lo que te hace dichoso. Lo que te hace desgraciado es el único pecado. Lo que te aparta de ti mismo es lo único que has de evitar.

Regocíjate en ti mismo y estarás iluminado. Siempre lo has estado; no hay forma de no estarlo.

Osho

lunes, 20 de enero de 2014

La mente es fascista y busca continuamente líderes, alguien que dirija.

Todo el mundo encuentra su propio fascismo, su propio
nazismo, su propio Hitler, Todo el mundo.

La mente es fascista y busca continuamente líderes, alguien que dirija.  El mundo entero se sorprendió cuando Alemania cayó en la trampa de Adolf Hitler.  Nadie daba crédito; era casi ilógico. Un pueblo tan hermoso, con tal tradición de conocimientos, de hombres cultos, de grandes filósofos, Kant, Hegel, Feuerbach, Marx... Semejante cultura, con intelectos tan refinados, una cultura de grandes científicos, de grandes músicos, novelistas y poetas, el país de los filósofos y los profesores... En ningún otro país se ha respetado más que en Alemania la palabra «profesor».

¿Qué ocurrió para que un pueblo tan inteligente cayera en manos de un ser estúpido, casi subnormal, como Hitler?
Pero hay que comprender lo siguiente: que el saber, si es superficial, si se limita a la mente, no sirve de ayuda. El saber se mantiene en la superficie, mientras que en lo más profundo sigue siendo infantil.

Esos intelectuales, incluso un hombre como Martin Heidegger, un gran filósofo, quizá el más importante del siglo XX, también era partidario de Adolf Hitler. ¿Qué les ocurrió a esos gigantes para que apoyaran a un hombre que estaba medio loco?
Hay que comprenderlo; puede ocurrir y siempre ha ocurrido. Esas grandes mentes solo son grandes en la superficie; en el fondo, su vida es infantil. Lo único que ha crecido es su intelecto, pero ellos no han crecido como personas. La mente de Heidegger era muy madura, pero su ser muy infantil. El ser, si es infantil, espera a alguien que lo dirija.

Una persona realmente madura no carga sus responsabilidades a nadie; se hace responsable de su propio ser. Pero resulta que este país de científicos, filósofos, profesores, poetas e intelectuales fue víctima de un hombre vulgar, mediocre, y ese hombre dominó el país.
Este hecho debería contribuir a que todos comprendieran la estupidez del intelecto.
El intelecto es superficial.
Habría que avanzar en el desarrollo del ser, porque en otro caso siempre tenderemos, siempre estaremos dispuestos a convertirnos en víctimas de semejantes personas.
La mente está condicionada desdé el exterior, puede ser gobernada desde el exterior. Hay que madurar hacia la no-mente, y solo entonces no os dominarán desde el exterior.
Solo la persona de no-mente es libre, independiente. No es ni alemana, ni india, ni inglesa, ni estadounidense... es sencillamente libre. Estadounidense, indio, alemán... no son sino nombres de las prisiones, no de los cielos de libertad. No son los cielos para volar, sino las prisiones en las que vivir.

Nadie es dueño de la persona libre; la persona libre es dueña de sí misma. La persona libre es sencillamente una energía sin nombre, forma, raza ni nacionalidad. Ya ha pasado la época de las naciones y las razas y se aproximan los tiempos del individuo.

En un mundo mejor no habrá ni alemanes, ni indios, ni hindúes ni cristianos...
habrá individuos puros, absolutamente libres, que vivirán la vida a su aire, sin molestar a los demás y sin permitir que los demás los molesten.

Por otro lado, la mente es infantil y astuta a la vez. Puede ser víctima de cualquier Hitler, de cualquier patriotero, de cualquier loco con la suficiente audacia... y hay gente muy audaz, que no alberga la menor duda. En eso consistía el atractivo de Hitler. Era tan audaz que era la audacia personificada. Nunca se planteaba ninguna duda; se sentía absolutamente seguro de sí mismo. Y las personas que no tienen tal seguridad se sienten profundamente atraídas por un personaje así. Una persona tan segura de la verdad debe de haber encontrado la verdad. Esa gente empieza a seguirla, y debido a su inseguridad son víctimas de un loco, pero los locos siempre están muy seguros. Solo dudan quienes están muy alerta, muy conscientes. Sus dudas demuestran su estado de alerta y la complejidad de la vida.
Y la mente es muy astuta. Puede racionalizarlo todo.

Osho

El futuro es un truco para aplazar el presente; el futuro es un truco para eludir el presente... Morirás y no habrás hecho nada; solo pensar.

UN DÍA, EL MULÁ NASRUDÍN ESTABA MIRANDO POR LA VENTANA CUANDO VIO A UN ACREEDOR APROXIMÁNDOSE A LA CASA. Como sabía qué quería aquel tipo, llamó a su mujer y le dijo que recibiera a la visita.

La esposa del mulá abrió la puerta y dijo:
—Señor, sé que no hemos podido pagarle todavía, y aunque el mulá no está en casa en este momento, no para de pensar, noche y día, en cómo conseguir dinero para pagarle. Hasta me ha pedido que esté al tanto para que cuando pase un rebaño de ovejas recoja trocitos de la lana que se enganchan en los arbustos. Así, cuando tengamos suficiente lana, la tejeremos, haremos un par de chales, los venderemos y con ese dinero le pagaremos la deuda.

El acreedor se echó a reír, y el mulá salió de su escondrijo, diciendo:
—Si serás canalla... Como hueles el dinero, sonríes.

LA MENTE ES IGUAL DE CANALLA. En cuanto ve la mínima insinuación de alguna especie de futuro, sonríe. Se abalanza inmediatamente, se aferra a lo que sea... y dejas de estar aquí y ahora.
Se medita porque sí, como se ama porque sí.
Pregúntale a una rosa por qué florece. Florece sin más. Florecer es muy hermoso, sin ningún motivo. Pregúntales a los pájaros por qué cantan. Cantan sin más. Les gusta, les encanta, sin motivo.

Deshazte de la mente y desaparecerá el motivo. De modo que al menos durante unas horas al día haz cosas porque sí: bailar, cantar, tocar la guitarra, estar con amigos o contemplar el cielo. Al menos durante unas horas dedica tiempo a actividades gratuitas. Esas son las actividades en las que hay que trabajar con ahínco.

Ya sé que la mente es muy perezosa. Le gusta soñar y no quiere trabajar; por eso piensa sin cesar en el futuro. Pero la mente es muy perezosa y solo piensa en el futuro para eludir el presente y eludir así el reto del presente.

Me han contado una anécdota...
PASEANDO JUNTO A LA ORILLA DE UN RIACHUELO un hombre se topó con un joven tumbado indolentemente bajo un árbol con una caña de pescar en el agua, sobre la que el corcho cabeceaba frenéticamente.
—¡Eh! ¡Han picado! —gritó.
—Sí —contestó el pescador perezosamente—. ¿Le importaría sacarlo?
El paseante lo hizo, y el pescador le preguntó, aún tumbado:
—¿Le importaría sacar el pez, poner otro cebo en el anzuelo y echarlo al agua?
El hombre lo hizo y comentó jovialmente:
—Con lo vago que eres, deberías tener unos cuantos hijos para que se encargaran de estas cosas.
—No es mala idea —replicó el pescador bostezando—. ¿Tiene idea de dónde podría encontrar a una mujer embarazada?

ASÍ FUNCIONA LA MENTE: no quiere hacer nada. Se limita a esperar, a desear, a aplazar.
El futuro es un truco para aplazar el presente; el futuro es un truco para eludir el presente. No es que vayas a hacer nada en el futuro, no... porque estará la misma mente y dirá mañana, mañana. Morirás y no habrás hecho nada; solo pensar.

Y tanto pensar te ayuda a aguantar: no te sientes perezoso porque piensas tanto en las grandes cosas que vas a hacer, sueñas con grandes cosas y no haces las pequeñas cosas que tendrías que hacer ahora mismo. Trabajar con ahínco significa estar presente y hacer lo que te plantea como reto el presente.

Osho

Transformate en luz, y no encontrarás el ego por ninguna parte.

Siempre nos habla de que hay que librarse del ego, pero ¿cómo puedo hacerlo si no sé distinguir entre el ego y mi verdadero carácter?

NO PUEDES librarte del ego. Es como la oscuridad: no puedes librarte de la oscuridad; solo puedes hacer la luz. En cuanto existe la luz, deja de existir la oscuridad.

Podría decirse que esa es la forma de librarse de la oscuridad, pero no hay que tomárselo en sentido literal. La oscuridad no existe; es la ausencia de luz. De ahí que no se pueda influir directamente sobre ella. Con la luz solo se pueden hacer dos cosas: o encenderla o apagarla. Si quieres oscuridad, apaga la luz; si no quieres oscuridad, enciende la luz. No se puede uno librar del ego.  La meditación se puede aprender. La meditación funciona como una luz, es luz.

Transformate en luz, y no encontrarás el ego por ninguna parte.  Si quieres librarte de él te verás en dificultades, porque, ¿quién es el que quiere librarse de él? Es el ego mismo, con un nuevo juego, el juego llamado espiritualidad, religión, realización. ¿Quién plantea esta pregunta? El ego mismo, que te engaña. Y cuando el ego pregunta cómo deshacerse de él, naturalmente piensas: «No puede ser el ego. ¿Cómo va a querer suicidarse el ego?». Así es como te engaña.

Tu propio carácter no plantea preguntas, no necesita respuestas. Tu propio carácter es luz, está lleno de luz. No sabe de oscuridades; jamás se ha topado con la oscuridad. No tienes que librarte del ego. Limítate a indagar, a buscar dónde está; en primer lugar, tienes que encontrarlo. No te preocupes por tu propio carácter. Sigue buscando el ego y no lo encontrarás; por el contrario, encontrarás tu propio carácter, luminoso, fragante como un loto. Jamás habrás visto semejante belleza, en ninguna otra parte. Es la experiencia más hermosa de la vida, y cuando hayas visto tu propio loto de luz, tu propio loto floreciendo, el ego habrá acabado para siempre. Entonces dejarás de plantear esas preguntas absurdas.

Osho

Quien no se ama a sí mismo, odia, tiene que odiar...

¿podría hablarnos de la diferencia entre el amor propio bien entendido y el orgullo egoísta?

Existe una gran diferencia entre ambos, aunque pueden resultar muy parecidos. Un amor propio bien entendido es un gran valor religioso. La persona que no se ama a sí misma no será capaz de amar a nadie. La primera oleada del amor tiene que rodearte a ti mismo. Tienes que amar tu propio cuerpo, tu alma, tu totalidad.

Y eso es algo natural, porque si no, no podrías sobrevivir. Y también es bello, porque te embellece. La persona que se ama a sí misma se vuelve grácil, elegante. La persona que se ama a sí misma está abocada a ser silenciosa, más meditativa, con una actitud hacia la oración más marcada que la que no se ama a sí misma.

Si no quieres tu casa, si no te gusta, no la limpiarás; si no te gusta no la pintarás, no la rodearás de un hermoso jardín ni le pondrás un estanque con lotos. Si te amas a ti mismo crearás un jardín a tu alrededor, intentarás desarrollar tu potencial, intentarás expresar todo lo que hay en tu interior. 

Si te amas, te regarás y te nutrirás.  Y ya verás qué sorpresa si te amas a ti mismo: los demás también te amarán.
Nadie ama a quien no se ama a sí mismo. Si ni siquiera puedes amarte a ti mismo, ¿quién va a molestarse en hacerlo? Y quien no se ama a sí mismo no puede permanecer
neutral.

Recuérdalo: en la vida no existe la neutralidad.
Quien no se ama a sí mismo, odia, tiene que odiar... la vida no conoce la neutralidad. La vida siempre supone una elección. No amar no significa que puedas mantenerte en ese estado sin amor; por el contrario, odiarás.

Y la persona que se odia a sí misma se vuelve destructiva. Y la persona que se odia a sí misma odiará a todos los demás, será violenta y colérica, siempre estará enfadada. Si una persona se odia a sí misma, ¿cómo puede esperar que la amen los demás? Su vida quedará destruida. El amor propio es un gran valor religioso.

Osho

La meditación no es sino un medio

La meditación no es sino un medio para que tomes conciencia de tu verdadero ser, que no ha sido creado por ti, que no tiene que ser creado por ti, porque ya es tú.

Naces con él. ¡Tú eres ese ser! No hay que descubrirlo. Si no resulta posible, o si la sociedad no lo permite, y ninguna sociedad lo permite, porque el verdadero ser resulta peligroso, peligroso para las religiones oficiales, peligroso para el Estado, para las masas, para la tradición, porque cuando una persona conoce su verdadero ser se convierte en un individuo... Deja de formar parte de la psicología de las masas, ya no es supersticiosa, no pueden aprovecharse de ella, deja de ser un borrego, no acepta órdenes.

Esa persona vivirá según su luz, vivirá siguiendo los dictados de su interior. Su vida tendrá una belleza y una integridad prodigiosas.

Osho

viernes, 17 de enero de 2014

La ausencia de pensamiento es meditación :)

Cuando no se piensa es cuando llegamos a conocer a quien está oculto por nuestros pensamientos. Cuando no hay nubes aparece el cielo azul, y también hay un cielo dentro de ti. Aparta las nubes de los pensamientos para verlo, para conocerlo. Se puede hacer. Cuando la mente está en calma y no tiene pensamientos, en ese silencio, en esa profunda irreflexión, en la ausencia completa de pensamientos se ve la verdad.

¿Qué se puede hacer para conseguirlo? Hay que hacer una cosa muy sencilla, pero te resultará muy difícil porque te has vuelto muy complejo. Lo que es posible para un recién nacido a ti te resulta imposible. El niño se limita a mirar, sin pensar. Solamente ve. Y simplemente ver es maravilloso. En eso consiste el secreto, la llave que puede abrir la puerta de la verdad.

Yo os estoy viendo. Simplemente os estoy viendo. ¿Lo comprendéis? Solo os estoy viendo, sin pensar. Y entonces desciende sobre mí una calma insólita, un silencio
palpable, y se ve todo y se oye todo pero nada perturba la calma en el interior. Dentro no hay ninguna reacción, no hay pensamientos. Solo existe darshan, «ver».

La conciencia correcta es el método de la meditación.
Tienes que ver, solo ver lo que está dentro y lo que está fuera. Fuera hay objetos; dentro, pensamientos. Tienes que mirarlos sin ningún objetivo concreto. No existe ningún objetivo; solo ver. Eres un testigo, un testigo imparcial, y simplemente ves.

Esa atención, esa vigilancia, poco a poco te lleva a la paz, al vacío, a la ausencia de pensamiento.
Inténtalo y lo conocerás.

A medida que se disuelven los pensamientos se despierta y cobra vida la conciencia. Párate un día tranquilamente, en cualquier sitio, en cualquier momento. Mira, escucha y sé testigo del mundo y de ti mismo. No pienses. Limítate a ser testigo y ver qué ocurre. Deja que crezca la actitud de ser testigo, deja que invada toda tu actividad física y mental. Deja que esté siempre contigo.

Si eres testigo, tu ego desaparecerá y verás, comprenderás lo que realmente eres. El «yo» morirá y se alcanzará el ser.
En esta sadhana (disciplina) de ser testigo, en esta observación del propio estado mental, se produce fácilmente una transformación, un cambio, entre lo que se presencia y el que es testigo. Mientras observas tus pensamientos vislumbras al que está observando. Y un día, el que observa aparece en toda su gloria y majestad y tocan a su fin tu miseria y tu desdicha.

No es un método que se pueda practicar solo de vez en cuando para conseguir la liberación. Hay que practicarlo continuamente, día y noche. A medida que se practica el ser testigo, a medida que se avanza hacia el estado de ser testigo, ese estado se hace más estable y empieza a estar presente todo el tiempo.

Poco a poco empieza a acompañarte continuamente, despierto y dormido. Incluso empieza a estar presente durante el sueño. Y cuando eso ocurre, cuando empieza a estar presente incluso mientras duermes, puedes tener la certeza de que ha profundizado en tu interior, de que ha extendido sus raíces a lo largo y lo ancho. Hoy estás dormido incluso cuando estás despierto. Mañana estarás despierto incluso cuando duermas.

Este estado disuelve los pensamientos despertándonos del sueño y de los sueños.
Las olas se disuelven en una mente libre de pensamientos y sueños. La mente se queda en calma, sin olas, sin temblores, al igual que el mar está en calma cuando no hay olas, al igual que la llama de una vela no titila cuando no sopla brisa en la casa. Es en tal estado cuando se conoce a Dios, el que es el ser, el que soy yo, la verdad. Y entonces se abren las puertas del palacio de Dios.

Estas puertas, esta entrada, no se encuentra en las palabras... se encuentra en el ser. Por eso digo que no hay que indagar en otro sitio, sino en ti mismo. No vayas a ninguna otra parte. Adéntrate en ti mismo.

Osho

También inviertes en tus sufrimientos...¿No puedes concebir una vida sin un «¿por qué?

Observa una cosa. Cuando desaparece un problema, fíjate: el verdadero problema irá a parar inmediatamente a otra cosa. Es como la serpiente que se desprende sin cesar de la vieja piel, pero la serpiente sigue existiendo. [El «¿por qué?» es la serpiente. Así era cuando llorabas.

Ahora has dejado de llorar; ríes. La serpiente se ha desprendido de la piel vieja. Ahora el problema es: «¿Por qué?». ¿No puedes concebir una vida sin un «¿por qué?».] ¿Por qué haces de la vida un problema? La vida es tan inmensamente hermosa...  ¿Por qué no vivirla ahora mismo? Llorar es un gesto de vida. También reír es un gesto de vida. A veces estás triste. Es un gesto de vida, un estado de ánimo. Hermoso. A veces eres feliz, estás desbordante de alegría, bailando. También eso es bueno y hermoso.

Ocurra lo que ocurra, acógelo y quédate con ello, y poco a poco comprobarás que te has librado de la costumbre de hacer preguntas y de crearle problemas a la vida.

Y cuando no creas problemas, la vida desvela todos sus misterios. Nunca se desvela ante una persona que no para de hacer preguntas. La vida está dispuesta a abrírsete si no la conviertes en un problema. Si creas problemas, el mismo hecho de crear problemas te cierra los ojos. Te vuelves agresivo con la vida.

En eso consiste la diferencia entre el logro científico y el logro religioso. El científico es como un hombre agresivo, que intenta arrancarle verdades a la vida, que obliga a la vida a entregar verdades... casi a punta de pistola, con violencia. El religioso no apunta a la vida con una pistola, haciéndole preguntas.

El hombre religioso simplemente se relaja con la vida, flota con ella, y la vida revela muchas cosas al religioso, pero no se las revela al científico. El científico siempre andará recogiendo las migas que han quedado en la mesa. Nunca será invitado al banquete.

Quienes viven la vida, la acogen, la aceptan con alegría, sin preguntas, con confianza, esos son los invitados.

Osho

Estar bajo el influjo de otros significa ser psicológicamente esclavo.

HAS DE RECORDAR ALGO FUNDAMENTAL: que tu mente no es tu mente. Es algo que te ha implantado la sociedad en la que por casualidad has nacido. Si naciste en un hogar cristiano pero te hubieran trasladado inmediatamente a una familia musulmana, no tendrías la misma mente, sino una completamente distinta, que no puedes ni imaginarte.

Bertrand Russell, uno de los mayores genios de nuestra época, intentó con todas sus fuerzas librarse de la mente cristiana, no porque fuera cristiana, sino porque se la habían impuesto. Quería tener su propia visión de las cosas, una visión nueva. No quería verlas con las gafas de otros; deseaba entrar en contacto con la realidad de una forma inmediata y directa, tener su propia mente.

De modo que no se trataba de enfrentarse a la mente cristiana, porque si hubiera sido hindú habría hecho lo mismo, o si hubiera sido musulmán o comunista.
Lo que se plantea es si la mente es tuya o si te la han implantado otros, porque los demás te implantan una mente que no te sirve a ti, sino a los propósitos de esas otras personas.

Los padres, los profesores, los sacerdotes, el sistema educativo te preparan para que tengas una mente determinada, y pasas toda la vida con esa mente. Es una vida
prestada, y por eso hay tanto sufrimiento en el mundo, porque nadie vive con autenticidad, nadie vive su propio ser, sino que obedece las órdenes que le han implantado.

Bertrand Russell lo intentó con todas sus fuerzas y escribió un libro titulado Por qué no soy cristiano, pero en una carta a un amigo decía lo siguiente: «Aunque he escrito el libro, aunque no creo ser cristiano y he abandonado esa idea, en el fondo... Un día me pregunté: "¿Quién es el hombre más importante de toda la historia?".

Racionalmente sé que es Buda Gautama, pero no podría situarlo por encima de Jesucristo.

»Ese día tuve la sensación de que todos mis esfuerzos habían sido inútiles. Sigo siendo cristiano. Racionalmente sé que no existe comparación posible entre Jesucristo y Buda Gautama, pero es algo puramente racional. Emocional, sentimentalmente, no puedo situar a Buda Gautama por encima de Jesucristo. Jesucristo permanece en mi inconsciente, sigue afectando a mis actitudes, mis puntos de vista, mi conducta. El mundo piensa que ya no soy cristiano, pero yo sé que no es así... ¡Me parece tan difícil librarme de esta mentalidad...! ¡Con qué perspicacia y con qué habilidad la han desarrollado!»

Y es un proceso largo, en el que nunca pensamos. Una persona vive como mucho setenta y cinco años, y se pasa veinticinco en colegios y universidades, es decir, dedica una tercera parte de su vida a cultivar su mente, un determinado tipo de mente.

Bertrand Russell fracasó porque no sabía cómo librarse de ella. Lo intentó, pero dando palos de ciego.
Existen ciertos métodos de meditación que pueden alejarte de la mente, y entonces resultará muy fácil que desees librarte de ella, pero es imposible librarte si en primer lugar no te has separado de ella, porque ¿quién va a abandonar a quién?

Bertrand Russell luchaba con la mitad de su mente contra la otra mitad, y ambas eran cristianas... Es imposible.
Pero la sociedad quiere que seas una copia, no el original.

La estrategia para crear en ti una mente consiste en repetir ciertas cosas continuamente, y cuando una mentira se repite continuamente acaba siendo una verdad. Acaba olvidándose que al principio era una mentira.

Hitler empezó contándole una mentira al pueblo alemán, que los judíos eran la causa de sus desdichas y sus sufrimientos. Es absurdo, tanto como si alguien dijera que el sufrimiento de todo un país se debe a las bicicletas y que si las destruimos todas desaparecerá el sufrimiento.

En realidad, los judíos eran como la columna vertebral de Alemania, porque habían creado toda la riqueza de ese país. Y no tenían otra nación, de modo que la nación en la que vivieran era la suya. No tenían otra alternativa; no podían traicionar a nadie, y habían hecho las mismas cosas que el resto de los alemanes por el bienestar del país.

Pero Hitler dice lo siguiente en su autobiografía: «Da lo mismo lo que se diga, porque la verdad no existe. La verdad es una mentira repetida tantas veces que se llega a olvidar que es mentira». De modo que, según Hitler, la única diferencia entre la verdad y la mentira es que la mentira es nueva y la verdad vieja; no existe otra diferencia. Y parece que Hitler lo sabía bastante bien.

Por ejemplo, el cristianismo, el hinduismo y el islamismo... Estas tres religiones no paran de repetir: «Hay un Dios». El jainismo, el budismo y el taoísmo, otras tres religiones, dicen lo siguiente: «No hay ningún Dios». El primer grupo de religiones está dominado por cierta mentalidad, y toda su vida invadida por la idea de Dios, el infierno, el cielo, la oración. El segundo grupo de religiones no tiene oración, porque no hay a quien orar, porque para ellas no existe un Dios y, por tanto, la pregunta ni se plantea.

Medio mundo es comunista, no cree en el alma humana y a los niños se les repite sin cesar que el hombre es materia, que cuando muere, simplemente muere y nada más, que nada permanece, que el alma no existe, y que la conciencia es un derivado.

Media humanidad repite lo mismo, como si fuera la verdad.
No se puede acusar a Hitler de afirmar cosas completamente absurdas. Parece cierto que si se repite a la gente lo mismo una y otra vez, poco a poco empieza a creérselo. Y cuando lleva siglos enteros repitiéndose, se convierte en una especie de herencia.

Tu mente no es tuya. Tampoco es joven, porque tiene siglos de antigüedad: tres mil, cinco mil años. Por eso toda sociedad teme suscitar dudas sobre la mente.
Y en eso consiste mi delito, que yo suscito dudas sobre tu mente, que deseo que comprendas que no es tu mente y que tu búsqueda debe centrarse en encontrar tu propia mente. 

Estar bajo el influjo de otros significa ser psicológicamente esclavo. Y la vida no es para la esclavitud, sino para probar la libertad.

La verdad existe, pero con esta mente nunca podrás conocerla, porque esta mente está llena de mentiras, de mentiras que llevan repitiéndose desde hace siglos. Puedes encontrar la verdad cuando abandonas por completo esta mente y miras la existencia con nuevos ojos, como un recién nacido. Entonces, todo lo que experimentas es verdad, y si te mantienes continuamente alerta para no permitir que los demás no interfieran en tu crecimiento interno, llega un momento en el que te armonizas tanto con la existencia, que te haces uno con ella.

Solamente esta experiencia se puede denominar experiencia religiosa. No tiene nada que ver con el judaísmo, ni con el cristianismo, ni con el hinduismo.

Cuando sientes la existencia de una forma inmediata, sin mediadores, sin una mente que te haya sido impuesta por otros, pruebas algo que te transforma, que te ilumina, que te transporta a la más alta cima de la conciencia.

Osho