sábado, 28 de diciembre de 2013

¿Cuál es la mejor forma de enfrentarse al miedo?

Me afecta de distintas maneras... desde una ligera inquietud o el estómago encogido hasta un pánico espantoso, como si hubiera llegado el fin del mundo. ¿De dónde procede? ¿Adonde va?
Acabo de contestar a esa misma pregunta. 

Todos los miedos son consecuencia de la identificación.
Si amas a una mujer, el amor va en el mismo paquete que el miedo, por si te
deja, porque ya ha dejado a otro para estar contigo. Ya hay un precedente y quizá haga
lo mismo contigo. Existe ese miedo, y se te encoge el estómago. Estás demasiado apegado.

No comprendes un hecho muy sencillo: que llegaste a este mundo solo, que también
estabas aquí ayer, sin esa mujer, perfectamente, sin el estómago encogido. Y mañana, si
esa mujer se marcha... ¿por qué se te va a encoger el estómago? Sabes cómo estar sin
ella, y serás capaz de estar sin ella.

El miedo a que las cosas puedan cambiar mañana mismo... Quizá se muera alguien,
o te arruines, o te quedes sin trabajo. Pueden cambiar miles de cosas. Estás cargado de
miedos, de temores, y ninguno es válido, porque ayer también estaba lleno de miedos,
sin ninguna necesidad. Las cosas pueden haber cambiado, pero sigues vivo, y el ser
humano posee una enorme capacidad para adaptarse a cualquier situación.
Se dice que solo los seres humanos y las cucarachas poseen esa inmensa capacidad
de adaptación. Por eso en cualquier lugar en el que haya seres humanos se encontrarán
cucarachas y en cualquier lugar en el que haya cucarachas se encontrarán seres
humanos. Siempre van juntos; tienen algo en común. Incluso en lugares tan remotos
como el Polo Norte o el Polo Sur... Cuando el ser humano llegó a tales lugares se dio
cuenta de que había llevado las cucarachas, y de que estaban sanas, vivitas y coleando,
reproduciéndose.

Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor... El hombre vive en miles de climas,
situaciones geográficas, situaciones políticas, situaciones sociológicas y religiosas, pero
consigue vivir. Y lleva viviendo así siglos... Las cosas cambian, y el ser humano sigue
adaptándose a los cambios.

No hay nada que temer. Incluso si se acaba el mundo, ¿qué? Tú también acabarás
con él. ¿Crees que te quedarás solo en una isla mientras se acaba el mundo? Tranquilo.
Tendrás compañía: al menos unas cuantas cucarachas.

¿Qué problema hay si llega el fin del mundo? Me lo han preguntado muchas veces,
pero yo no veo el problema por ninguna parte. Si se acaba, que se acabe. No plantea
ningún problema, porque no estaremos aquí; acabaremos con él, y no quedará nadie
para preocuparse. Sin duda, supondrá la mayor liberación del miedo.

El fin del mundo significa el fin de todos los problemas, de todas las molestias, de ese estómago encogido. No veo problema alguno, pero sé que todo el mundo está lleno
de miedos.

Sin embargo, lo que se plantea es lo mismo, que el miedo forma parte de la mente.
La mente es cobarde y tiene que serlo porque carece de sustancia, está vacía, hueca, y
tiene miedo de todo. Tiene miedo, sobre todo, de que un día de estos tú tomes conciencia. ¡Eso sí que sería el fin del mundo!

Osho

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