sábado, 14 de diciembre de 2013

El perfeccionismo es el origen de todas las neurosis


El perfeccionismo es el origen de todas las neurosis. A menos que la humanidad se
olvide de la idea de la perfección, nunca estará cuerda. La idea misma de la perfección
ha llevado a la humanidad entera a la locura. Pensar en términos de perfección significa
pensar en términos de ideología, objetivos, lo que debería y no debería hacerse.

Tienes que seguir un modelo y si no lo consigues te sentirás terriblemente culpable,
pecador. Y el modelo tendrá tales características que nunca podrás seguirlo. Si lo
consigues, no tendrá gran valor para el ego.

De modo que la característica intrínseca del ideal perfeccionista consiste en que no
puede alcanzarse, y solo así vale la pena alcanzarlo. ¿Comprendes la contradicción? Y esa
contradicción provoca esquizofrenia: intentas hacer lo imposible, algo que sabes
perfectamente que no va a ocurrir, que no va a ocurrir por la naturaleza misma de las
cosas. Si pudiera ocurrir no sería tal perfección; cualquiera podría hacerlo. Entonces el
ego no encuentra mucho de lo que alimentarse, no tiene nada que le sirva para crecer.

El ego necesita lo imposible, y por su propia naturaleza, lo imposible no ocurre.
De modo que solo quedan dos alternativas. Una, que empieces a sentirte culpable.
Si eres inocente, sencillo, inteligente, empezarás a sentirte culpable, y la culpa es un
estado enfermizo. Yo no estoy aquí para contribuir a ese sentimiento de culpa. Aúno
todos mis esfuerzos para ayudarte a que te libres de toda culpa. En cuanto te libras de
ella, estalla el júbilo. Y la culpa tiene su origen en la idea de la perfección.

La segunda alternativa consiste en lo siguiente: si eres astuto, te volverás hipócrita,
empezarás a fingir que lo has conseguido. Engañarás a otros e incluso intentarás
engañarte a ti mismo. Empezarás a vivir en medio de espejismos, de alucinaciones, y
eso es sumamente pecaminoso, irreligioso, pernicioso.

Fingir, llevar una vida de fingimientos es mucho peor que la vida que lleva una
persona con sentimiento de culpa. Al menos, la persona que se siente culpable es
sencilla, pero quien finge, el hipócrita, el santo, el llamado sabio, el mahatma, es un
sinvergüenza. Es sobre todo inhumano, inhumano consigo mismo porque se reprime, y
esa es la única forma de fingimiento.

Tiene que reprimir todo cuanto en él vaya en contra de la perfección. Le hervirá la
sangre, estará que arde, y su rabia saldrá al exterior de mil maneras, sutiles, indirectas,
pero aflorará.

Osho

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