miércoles, 18 de diciembre de 2013

Quien vive correctamente, morirá correctamente.

La gente habla de la muerte, sin darse cuenta de que en este momento están vivos. La vida está aquí, antes conócela. ¡Vive totalmente! ¿Por qué hablas de la muerte?

La gente habla de lo que ocurrirá después de la muerte. Sería mejor hablar de lo que te está ocurriendo ahora mismo, después del nacimiento. Y cuando llegue la muerte, ya la afrontaremos. Primero afronta la vida que está aquí ahora; y si puedes afrontar la vida, también serás capaz de afrontar la muerte. Quien vive correctamente, morirá correctamente. Quien ha vivido una vida total, rica, de momento a momento, alerta y consciente, cuando llegue la hora de morir, por supuesto, lo hará de la misma forma. Cuando la muerte se convierta en el presente, él la vivirá. Pero la gente está más preocupada por la muerte que por la vida. Pero si no puedes conocer la vida, ¿cómo se supone que serás capaz de conocer la muerte? La muerte no está separada de la vida, es su culminación. Si te pierdes la vida, no serás capaz de ver la muerte. La muerte llegará, pero tú estarás inconsciente.

Y eso es lo que está ocurriendo. La gente muere en una profunda inconsciencia, en coma. Viven toda su vida en inconsciencia, y si tratas la vida con inconsciencia, ¿cómo se supone que serás capaz de ser consciente antes de la muerte? La muerte ocurrirá en un instante, y la vida es un proceso de setenta u ochenta años. Si ni siquiera han sido suficientes para hacerte consciente, ¿cómo vas a poderlo hacer en un segundo? Solo una persona que ha vivido momento a momento será capaz de ver la muerte, porque si ha vivido la vida momento a momento, la muerte no se le puede escapar. Tiene claridad, una claridad tan intensa, que incluso en un instante, cuando venga la muerte, será capaz de verla. Quien ha sido capaz de ver la vida, automáticamente será capaz de ver la muerte, y entonces uno sabe que uno no es ni vida ni muerte. Uno tan solo es el testigo.

Cuando alguien pregunta qué le ocurre a un hombre iluminado después de la muerte, él mismo no está iluminado. Está preguntando desde su profunda ignorancia, así que es difícil contestarle. Es como si un ciego pregunta qué ocurre cuando sale el Sol por la mañana. ¿Cómo explicárselo? ¿Cómo establecer la comunicación? Es imposible.

Había una vez un hombre ciego, que además era un gran filósofo. Todo el pueblo estaba molesto con él, porque había demostrado lógicamente que la luz no existía. Decía: “Yo tengo manos. Puedo tocar y sentir. Así que mostradme dónde está la luz. Si algo existe, se puede tocar; si algo existe, se puede saborear; si algo existe, y lo golpeas, yo puedo oír el sonido”.

Y los demás se sentían muy molestos, porque no podían conseguir ninguna prueba. Él tenía cuatro sentidos y decía: “Yo tengo cuatro sentidos. Traedme la luz y yo sentiré con mis cuatro sentidos si existe o no”. Y ellos decían: “No puedes ver porque eres ciego”. Él se reía y decía: “Al parecer estáis soñando. ¿Qué son los ojos? ¿Y cómo podéis probar que vuestros ojos ven y los míos no? Habladme de vuestra luz, decidme qué es. Explicádmelo”. No podían hacerlo. Era imposible. Pero se sentían muy deprimidos, porque el hombre estaba ciego y ellos podían ver, y sabían lo que era la luz. ¿Pero cómo explicárselo a un ciego?

Un día Buda vino al pueblo. Entonces llevaron a este filósofo loco, al ciego, ante Buda y le pidieron: “Por favor, intenta explicárselo, nosotros no lo hemos conseguido. Y este hombre es un caso; ha demostrado que la luz no existe porque no se puede tocar, ni oler, ni saborear, ni oír. ¿Así que cómo va a existir? Ahora que has venido, explícaselo, por favor”. Buda les dijo: “¡Sois tontos! No se le puede explicar la luz a un ciego. Es un esfuerzo absurdo. Pero yo conozco a un hombre que es un gran médico. Llevadlo a este hombre, y él tratará sus ojos”.

Llevaron al hombre al médico, lo examinaron. Su ceguera no era incurable. A los seis meses empezó a ver. Fue corriendo a ver a Buda que entonces estaba en otro pueblo. Se postró a sus pies y dijo: “Sí, ahora lo sé”. La luz existe. Ahora sé por qué esos pobres aldeanos no podían probarlo, y también sé que hiciste bien en mandarme a un médico. Lo que necesitaba era tratamiento, no filosofía, no teorías acerca de la luz”.

Cuando una persona ignorante pregunte: “¿Qué le ocurre a un hombre iluminado después de la muerte?”, déjalo. Incluso si pregunta: “¿Qué le ocurre a un hombre iluminado mientras está vivo?”. No se puede explicar. No puede ser explicado. ¿Qué me ha ocurrido a mí? ¿Cómo puedo explicarlo? No hay ninguna posibilidad. Es imposible; hasta que no empieces a ver, hasta que tus ojos no estén abiertos. A no ser que cambies, no se puede explicar nada. La comunicación no es posible, porque la iluminación es una cualidad totalmente diferente de ser, y tú estás completamente ciego a ella.

Osho

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