Los
pensamientos acumulados, los recuerdos amontonados, crean la sensación de ego,
de que eres. Intenta este experimento: deslígate de
todo tu pasado. No tienes ningún recuerdo. No sabes quiénes son tus padres, no
sabes a quién perteneces: a qué país, a qué religión, a qué raza. No sabes
dónde te educaron, ni si recibiste educación o no.
Corta con todo tu pasado.....y recuerda quién eres. ¡No
puedes recordar quien eres!
Evidentemente; eres. Eres, pero ¿quién? En ese momento no
puedes sentir un «yo». El ego no es más que
pasado acumulado. El ego es tu pensamiento condensado, cristalizado.
Por eso Bokuju dice: «Si me has mirado bien, yo no estaba.
Había beber té, pero no bebedor. Había pasear en el jardín, pero no paseante.
Había acción, pero no actor.»
Cuando se
es testigo, no hay sensación de «yo». Al
pensar sí la hay. No es simple coincidencia que los llamados pensadores estén
tan profundamente enraizados en sus egos.
Artistas, pensadores filósofos, personas ilustradas... no es
coincidencia que sean tan egoístas. Cuantos más pensamientos tengas, mayor ego tendrás.
Cuando se
es testigo, no hay ego. Pero esto solo ocurre si se consigue trascender el lenguaje.
El lenguaje es la barrera. El lenguaje es necesario para comunicarse con otros;
no es necesario para comunicarse con uno mismo. Es un instrumento útil.....
podría decirse que el instrumento más útil. El hombre ha podido crear una
sociedad, un mundo, solo gracias al lenguaje. Pero a causa del lenguaje, el hombre se ha olvidado
de sí mismo.
El lenguaje es nuestro mundo. Si el hombre olvida su
lenguaje, aunque sola sea por un instante, ¿qué le queda? La cultura, la
sociedad, el hinduismo, el cristianismo.....¡Qué queda?
No queda nada. Con solo suprimir el lenguaje, desaparece
toda la humanidad con su cultura, su civilización, su ciencia; Su religión su
filosofía.
El lenguaje
es comunicación con los otros; es la única comunicación. Es útil, pero peligroso.
Siempre que un instrumento es útil es también peligroso en la misma proporción.
El peligro está en que cuanto más se sumerge la mente en el
lenguaje, más se aleja del centro. Por eso se necesita un equilibrio sutil y un
dominio sutil para ser capaz de penetrar
en el lenguaje y ser también capaz: de abandonar el
lenguaje, de salir del lenguaje.
Ser testigo
significa salirse del lenguaje, de la verbalización, de la mente. Ser testigo significa un estado sin mente,
sin pensamiento.
¡Inténtalo! Será un esfuerzo largo, y no hay nada
garantizado... pero inténtalo, y con el esfuerzo lograrás algunos momentos en
los que el lenguaje desaparece de pronto. Y entonces se abre una nueva
dimensión. Te haces consciente de un mundo diferente: el mundo de la simultaneidad, el mundo
del aquí y ahora, el mundo sin mente, el mundo de la realidad.
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario