lunes, 2 de septiembre de 2013

El pasado ocupa mucho sitio en tu interior, es un basurero lleno de cosas muertas

Necesitas espacio. El pasado ocupa mucho sitio en tu interior, es un basurero lleno de cosas muertas, no hay espacio para que entre el presente. Ese basurero no para de soñar con el futuro, así que la mitad del espacio está lleno de cosas que ya no existen y la otra mitad está llena de cosas que, aún no existen. ¿Y el presente? Simplemente, está esperando a la puerta. Por eso el presente no es más que un paso, un paso que va del pasado al futuro, solo un paso momentáneo.

Termina con el pasado; si no terminas con el pasado, vivirás una vida fantasma. Tu vida no es auténtica, no es existencial. El pasado vive a través de ti, lo muerto sigue acosándote. Retrocede... Siempre que tengas ocasión cada vez que ocurre algo en ti, felicidad, infelicidad, tristeza, ira, celos... cierra los ojos y retrocede. Pronto adquirirás eficiencia para viajar hacia atrás. Pronto serás capaz de retroceder en tiempo y entonces se abrirán muchas heridas. Cuando esas heridas se abran en tu interior, no te pongas a hacer nada. No hay necesidad de hacer. Limítate a mirar, observar, contemplar. La herida está
ahí... tú solo mírala, dale a la herida tu energía de observación, mírala. Mírala sin hacer ningún juicio... porque si juzgas, si dices:..«Esto es malo, no debería ser así», la herida se volverá a cerrar. Y entonces tendrá que esconderse. Cada vez que condenas, la mente intenta ocultar cosas. Así es como se crean el consciente y el subconsciente. Por lo demás, la mente es una sola; no hay necesidad de división alguna. Pero si tú condenas, entonces la mente tiene que dividirse y meter algunas cosas en la parte oscura, en el sótano, para que no las veas y no haya necesidad de condenar.

No condenes, no aprecies. Limítate a ser testigo, un observador distanciado. No niegues. No digas: «Esto no está bien», porque eso es una negación y habrás empezado a suprimir.
Distánciate. Limítate a mirar y observar. Mira con compasión y se producirá la curación.

No me preguntes por qué ocurre, porque es un fenómeno natural. Es como cuando el agua se calienta a cien grados y se evapora. Nunca preguntas: «¿Por- qué no ocurre a los noventa y nueve grados?» Nadie puede responder él esa pregunta. Simplemente, ocurre que a los cien grados el agua se evapora. No hay que preguntar, la pregunta es irrelevante. Si se evaporara a los noventa y nueve grados, también preguntarías por qué. Si se evaporara a los noventa y ocho, preguntarías por qué. Simplemente, es natural que el agua se evapore a los cien grados.

Lo mismo, ocurre con la naturaleza interior. Cuando una conciencia distanciada y compasiva llega a una herida, la herida desaparece, se evapora. No hay un porqué.
Simplemente, es natural, así son las cosas así, es como ocurre. Cuando digo esto, lo digo por experiencia. Inténtalo, que la experiencia también es posible para ti. Esta es la manera.


Osho

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