LA
CUESTIÓN FUNDAMENTAL QUE DEBÉIS RECORDAR es que la vida es dialéctica. Existe
gracias a la dualidad, es un movimiento entre opuestos. No puedes ser feliz
para siempre, de lo contrario, la felicidad dejaría de tener sentido. No puedes
estar en armonía para siempre, de lo contrario, no serías consciente de la
armonía. A la armonía le tiene que suceder la discordia una y otra vez, y a la
felicidad le tiene que suceder la infelicidad. Cada placer tiene
su dolor, y cada dolor tiene su placer.
A
menos que entendamos la dualidad de la existencia, seguiremos viviendo en una
infelicidad innecesaria.
Acepta la
totalidad, con sus agonías y éxtasis. No anheles lo
imposible; no
desees que sólo haya éxtasis y no haya agonía. El éxtasis no puede
existir solo, necesita su contrario. Cuando la agonía se convierte en una
pizarra, el éxtasis destaca por su claridad, del mismo modo que en la oscuridad
de la noche son tan brillantes las estrellas. Cuanto más oscura es la noche,
más brillan las estrellas. Durante el día no desaparecen, simplemente son
invisibles; no las puedes ver porque no hay contraste.
Imagínate
una vida sin muerte; sería un sufrimiento insoportable, una existencia
insoportable. Es imposible vivir sin morir, la muerte define a la vida, le da
un tipo de intensidad. Como la vida es fugaz, cada momento se vuelve precioso.
Si la vida fuese eterna, entonces, ¿qué más daría? Podrías esperar hasta mañana
toda la vida, entonces, ¿quién viviría aquí y ahora? El hecho de que mañana vas
a morir te obliga a vivir aquí y ahora. Tienes que sumergirte en el presente, tienes que ir hasta el
fondo, porque, ¿quién sabe?, quizá el momento siguiente no llegue nunca.
Osho
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