sábado, 28 de septiembre de 2013

La madurez es conciencia. El envejecimiento sólo es desgaste.

LA CUESTIÓN FUNDAMENTAL QUE DEBÉIS RECORDAR es que la vida es dialéctica. Existe gracias a la dualidad, es un movimiento entre opuestos. No puedes ser feliz para siempre, de lo contrario, la felicidad dejaría de tener sentido. No puedes estar en armonía para siempre, de lo contrario, no serías consciente de la armonía. A la armonía le tiene que suceder la discordia una y otra vez, y a la felicidad le tiene que suceder la infelicidad.  Cada placer tiene su dolor, y cada dolor tiene su placer.

A menos que entendamos la dualidad de la existencia, seguiremos viviendo en una infelicidad innecesaria.

Acepta la totalidad, con sus agonías y éxtasis. No anheles lo
imposible; no desees que sólo haya éxtasis y no haya agonía. El éxtasis no puede existir solo, necesita su contrario. Cuando la agonía se convierte en una pizarra, el éxtasis destaca por su claridad, del mismo modo que en la oscuridad de la noche son tan brillantes las estrellas. Cuanto más oscura es la noche, más brillan las estrellas. Durante el día no desaparecen, simplemente son invisibles; no las puedes ver porque no hay contraste.

Imagínate una vida sin muerte; sería un sufrimiento insoportable, una existencia insoportable. Es imposible vivir sin morir, la muerte define a la vida, le da un tipo de intensidad. Como la vida es fugaz, cada momento se vuelve precioso. Si la vida fuese eterna, entonces, ¿qué más daría? Podrías esperar hasta mañana toda la vida, entonces, ¿quién viviría aquí y ahora? El hecho de que mañana vas a morir te obliga a vivir aquí y ahora. Tienes que sumergirte en el presente, tienes que ir hasta el fondo, porque, ¿quién sabe?, quizá el momento siguiente no llegue nunca.


Osho

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