Cuando te estableces en tu cielo interior,
encuentras tu casa, y surge una gran madurez en todos tus actos, en tu
comportamiento. Entonces, todo lo que haces
tiene gracia. Todo lo que haces es poético. Vives poéticamente, tu caminar es
como un baile, tu silencio se convierte en música.
Madurez
significa que has llegado a casa. Ya no eres un niño que tiene que crecer, has
crecido. Has llegado al máximo de tu potencial. Por primera vez, en un extraño
sentido dejas de ser, y eres. Ya no eres tus viejas ideas, tus fantasías, tu
vieja comprensión de ti mismo, todo eso se ha ido por el desagüe. Ahora, surge
en ti algo nuevo, absolutamente nuevo y virgen, que transforma toda tu vida en
alegría. Te has vuelto un extraño
para el mundo de la infelicidad, ya no provocas infelicidad en ti mismo o en
los demás. Vives
tu vida con total libertad, sin tener en cuenta lo que digan los demás.
Las personas
que siempre están teniendo en cuenta a los demás y sus opiniones son inmaduras.
Dependen de las opiniones de los demás.
No
pueden hacer nada con totalidad, con honestidad, no pueden decir lo que quieren
decir, dicen lo que los demás quieren oír. Vuestros políticos dicen lo que
vosotros queréis oír. Os prometen lo que queréis. Saben perfectamente que no
podrán cumplir esas promesas, ni tienen intención de cumplirlas.
Pero
si dijeran exactamente, verdaderamente cuál es la situación, y os dejaran claro
que muchas de las cosas que estáis pidiendo son imposibles, no se pueden
conseguir, entonces, tendríais que echarlos. No vais a elegir a un político que
sea sincero.
Es
un mundo muy extraño. Parece un hospital psiquiátrico. Si dentro de este
hospital psiquiátrico te das cuenta y te haces consciente de tu ser interno,
estás bendecido.
Osho
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