Un
maestro Zen estaba sacando agua del pozo, y un devoto que. había oído hablar de
él y venía desde muy lejos para verlo le preguntó:
-¿Dónde
puedo encontrar a Fulano, el maestro de este monasterio?
Pensaba
que aquel hombre tenía que ser un sirviente, que sacaba agua del pozo.
¿Cómo
va Buda a traer agua del pozo? ¿Cómo va Buda a limpiar el suelo?
-
El maestro se echó a reír y dijo:
-Yo
soy la persona que andas buscando.
El
devoto no se lo podía creer, y dijo:
-He
oído hablar mucho de ti, pero jamás te imaginé sacando agua del pozo.
-Pues
eso era lo que hacía antes de iluminarme -dijo el maestro-. Sacar agua del pozo,
cortar leña... Eso es lo que hacía antes y eso es lo que sigo haciendo. Soy muy
eficiente en esas dos cosas: sacar agua del pozo y cortar leña. Ven conmigo. Lo
siguiente que voy a hacer es cortar leña. Obsérvame.
-Pero
entonces, ¿qué diferencia hay? -preguntó el hombre-.
Antes
de iluminarte hacías esas dos cosas, después de la -iluminación sigues haciendo
las mismas dos cosas. ¿Qué diferencia hay? El maestro se echó a reír.
-La
diferencia es interior. Antes lo hacía todo dormido; ahora
lo
hago todo conscientemente, esa es la diferencia. Las actividades son las mismas, pero yo ya no
soy mismo. El mundo es el mismo, pero yo no soy el mismo. Y como ya no soy el
mismo, el mundo tampoco es el mismo para mí.
La
transformación tiene que ser interior: Esa es la auténtica renuncia: el mundo de
antes desaparece porque el ser de antes ha desaparecido.
Osho
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