Una
cosa que hay que entender es que el silencio no forma parte de la mente. Así que
cada vez que decimos: «Fulano tiene una mente silenciosa», decimos una
tontería. Una mente nunca puede estar en silencio. La mera esencia de la mente
es antisilencio. La mente es sonido, no silencio. si una persona es
verdaderamente silenciosa, debemos decir que no tiene mente.
Una «mente
silenciosa» es una contradicción. Si la mente está ahí, no puede estar en silencio; y si está en silencio,
es que ya no está. Por eso los monjes zen utilizan la expresión «no
mente», nunca «mente silenciosa» no-mente es silencio, y en el instante en que
se llega a la no-mente dejas de sentir tu cuerpo, porque la mente es el pasaje
a través del que se siente el cuerpo. Si hay no-mente, no puedes sentir que eres un cuerpo; el
cuerpo desaparece de la conciencia. No hay ni mente ni cuerpo... solo pura
existencia. Y el silencio es la señal de esa existencia pura.
¿Cómo
alcanzar ese silencio? ¿Cómo estar en ese silencio? Hagas lo que hagas, será inútil;
ese es el mayor problema. Para el que busca el silencio, ese es el mayor
problema, porque hagas lo que hagas no llegarás a ninguna parte... porque hacer
no es relevante. Puedes sentarte en una
postura concreta... eso es hacer. Seguramente, habrás visto la postura de Buda;
puedes sentarte en la postura de Buda... eso es hacer. Para el propio Buda, esa
postura ocurrió. No fue la causa de su silencio; fue más bien un subproducto.
Cuando la
mente no está, cuando el ser está en completo silencio, el cuerpo le sigue como
una sombra.
El cuerpo adopta una postura particular: lo más relajada posible, lo más pasiva
posible. Pero no puedes hacerlo al revés. No puedes adoptar una postura primero
y conseguir así el silencio. Solo porque vemos un Buda sentado en una postura
concreta, pensamos
que si se adopta esa postura se obtendrá el silencio interior. Las cosas no
suceden en ese orden. Para Buda, el fenómeno interior ocurrió primero, y después
le siguió esa postura.
Considéralo
a la luz de tu propia experiencia. Cuando te enfureces, el cuerpo adopta una
postura particular. Se te enrojecen los ojos, tu cara adopta una expresión
concreta. La ira está dentro y el cuerpo la sigue... no solo hacia afuera,
también hacia dentro; toda la química del cuerpo cambia. Tu sangre circula más
deprisa, respiras de manera diferente, estás listo para pelear o para huir.
Pero la ira sucede primero y después el cuerpo la sigue.
Empieza
por el otro extremo: pon los ojos rojos, respira más deprisa, haz todo lo que sientes
que el cuerpo hace cuando la ira está ahí. Puedes actuar, pero no puedes crear
ira dentro de ti. Los actores hacen eso mismo todo el tiempo. Cuando
interpretan un papel de amor, hacen lo que hace el cuerpo cuando hay amor
dentro; pero no hay amor. El actor puede hacerlo mejor que tú, pero el amor no
se presentará. El actor parecerá más furioso que tú cuando estás enfurecido de
verdad, pero es falso. Por dentro no ocurre nada.
Cuando
empiezas desde fuera, creas un estado falso. Lo real siempre ocurre antes en el
centro, y después las ondas llegan a la periferia. El centro más interior está en silencio.
Empieza por ahí.
Osho
EL SILENCIO, es el arma más eficaz del Ser Interior, para callar las "voces" de la Mente. ¡Excelente descripción del Silencio!
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