Todo
mi mensaje es que necesitas una conciencia, no un carácter. La conciencia es lo auténtico,
el carácter es una falsa entidad. El carácter es necesario para los
que no tienen conciencia.
Si tienes ojos, no necesitas un bastón para tantear tu camino, para andar a
tientas. Si puedes ver, no tienes que
preguntar a otros dónde está la puerta.
El carácter es
necesario porque la gente está inconsciente. El carácter es solo un lubricante; te
ayuda a vivir tu vida de un modo más suave. George Gurdjieff decía que el carácter
es como un amortiguador, como los topes de los vagones de tren. Entre cada dos
vagones hay topes; si algo ocurre, esos amortiguadores impiden que los
compartimentos choquen. O como los amortiguadores de los coches: son muelles
para rodar con suavidad.
Los
muelles absorben, los choques, amortiguan los choques. Eso es el carácter: un
amortiguador de choques.
A
la gente se le dice que sea humilde. Si aprendes a ser humilde, eso te sirve de
amortiguador de choques. Si aprendes a ser humilde, podrás protegerte de los
egos ajenos. No te harán tanto daño, porque eres una persona humilde. Si eres
egoísta, te harán daño una vez tras otra -el ego es muy sensible-, así que
proteges tu ego cubriéndolo con una manta de humildad. Es una ayuda, te da una
cierta suavidad. Pero no te transforma.
Mi
trabajo consiste en la transformación. Esta es una escuela alquímica. Quiero que te transformes,
de la inconsciencia a la conciencia, de la oscuridad a la luz. No
puedo darte un carácter; solo puedo darte penetración, conciencia. Me gustaría
que vivieras momento a momento, no siguiendo una pauta que te doy yo o que te
da la sociedad, la iglesia, el estado.
Me gustaría
que vivieras siguiendo tu propia y pequeña luz de la conciencia, según tu
propia conciencia.
Debes responder a cada momento. El carácter significa que tienes respuestas preparadas
para todas las cuestiones de la vida, así que cuando se presenta una situación
tú respondes según la pauta prefijada. Dado que respondes con una respuesta
preparada, eso no es una verdadera respuesta, es solo una reacción. El hombre de carácter
reacciona, el hombre de conciencia responde: asimila la situación, refleja la
realidad tal como es, y actúa basándose en ese reflejo. El hombre de carácter reacciona, el hombre de
conciencia actúa. El hombre de carácter es mecánico, funciona como
un robot. Tiene un ordenador en su mente, lleno de información; pregúntale
cualquier cosa y de su ordenador saldrá una respuesta ya preparada.
Un hombre de
conciencia simplemente actúa en el momento, sin guiarse por el pasado o por la
memoria.
Su respuesta tiene una belleza, una naturalidad, y es una respuesta fiel a la situación.
El hombre de carácter siempre se queda corto, porque la vida está cambiando constantemente;
nunca es la misma. Y tus respuestas son siempre las mismas, nunca crecen. No pueden crecer, están muertas.
Cuando
eras niño te dijeron ciertas cosas; siguen ahí. Tú has crecido, la vida ha cambiado,
pero la respuesta que te dieron tus padres o tus profesores o tus sacerdotes
sigue estando ahí. Y si algo ocurre, tú funcionarás según esa respuesta que te
dieron hace cincuenta años. Y en cincuenta años ha bajado mucha agua por el
Ganges. La vida es totalmente diferente.
Decía
Heráclito que no puedes bañarte dos veces en el mismo río. Y yo te digo que no
puedes bañarte en el mismo río ni una sola vez; el río fluye demasiado rápido.
El
carácter está estancado; es una charca de agua sucia. La con ciencia es un río.
Osho
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