Estamos
siempre aplazando. Ese aplazamiento se convierte en un diálogo interior, en un monólogo
interior. No
aplaces. Vive aquí y ahora. Cuanto más vivas en el presente, menos necesitarás
esa constante actividad mental, ese constante pensar. ¡Lo necesitarás cada vez menos!
Está ahí a causa de los aplazamientos y seguimos aplazándolo todo. Vivimos
siempre en el mañana, que nunca llega y no puede llegar; es imposible. Lo que
llega es siempre el hoy, y nosotros seguimos sacrificando el hoy al mañana, que
no existe. Entonces la mente sigue pensando en el pasado, que ya has destruido,
que has sacrificado en aras de algo que aún no ha llegado. Y después sigues
aplazando las cosas para otros mañanas.
Sigues
pensando que lo que te has perdido lo conseguirás en algún momento futuro.
¡No
lo conseguirás! Esa
constante tensión entre pasado y futuro, ese constante perderse el presente, es
el ruido interior. Si no lo paras, no puedes caer en el silencio.
Así que lo primero es intentar ser total en todo momento.
Y
otra cosa: tu mente es tan ruidosa porque siempre estás pensando que los
causantes son otros, que tú no eres responsable. Y así, sigues pensando que en
un mundo mejor -con una esposa mejor, con un marido mejor, con hijos mejores,
con una casa mejor en un sitio mejor todo irá bien y tú podrás quedar en
silencio. Crees que no estás en silencio porque todo va mal a tu alrededor, y
así cómo vas a poder.
Osho
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