domingo, 6 de octubre de 2013

AMOR Y MATRIMONIO

Yo sugiero que el matrimonio debería tener lugar después de la luna de miel, pero nunca antes. Sólo debería existir el matrimonio cuando las cosas van bien.

La luna de miel después del matrimonio es muy peligrosa. Por lo que he podido comprobar, el noventa y nueve por ciento de los matrimonios se terminan cuando la luna de miel llega a su fin. Pero entonces ya estás atrapado, no tienes forma de escaparte. Si dejas a tu mujer o si tu mujer te deja, toda la sociedad, la ley, los tribunales y todo el mundo estarán contra ti. Todo el mundo estará contra ti: la moralidad, la religión, los
sacerdotes.

En realidad, la sociedad debería poner barreras al matrimonio y quitárselas al divorcio. La sociedad no debería permitir que la gente se casase tan fácilmente. Los tribunales deberían poner impedimentos: que antes de poderte casar vivas con la mujer al menos durante dos años.
Actualmente, están haciendo justo lo contrarío.

Cuando quieres casarte, nadie te pregunta si estás listo, o si no es más que un capricho porque te gusta la nariz de esa mujer. ¡Qué idiotez!
No se puede vivir sólo con una bella nariz. Al cabo de dos días te habrás olvidado de la nariz, ¿quién se fija en la nariz de su mujer? La mujer nunca está hermosa, el marido nunca está hermoso; en cuanto te relacionas con alguien desaparece la belleza.

Se debería permitir que las personas viviesen juntas para conocerse, para tener confianza. Antes de eso, aunque ellos quisiesen, no se les debería dejar casarse. Así desaparecerían los divorcios de la Tierra. El divorcio existe porque los matrimonios no funcionan y les obligan a casarse. El divorcio existe porque los matrimonios tienen una naturaleza
romántica.


Osho

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