Te reprimen antes de los catorce años porque después es más difícil reprimirte.
Si no se ha reprimido a un niño antes de que llegue a los catorce años,
entonces ya no habrá posibilidad de reprimir, porque cuando se convierte en un
ser sexual se vuelve poderoso. Antes de los catorce es débil, blando, femenino.
Antes de los catorce puedes meterle todo lo que quieras en la cabeza, es sugestionable, le puedes hipnotizar. Le
puedes decir todo lo que quieras y te hará caso, te creerá.
Después de los
catorce años aparece la razón, la duda. Después de los catorce años aparece la
sexualidad; con la sexualidad se vuelve independiente. Ahora él mismo puede convertirse en un padre, ella misma puede
convertirse en una madre. Por eso, la naturaleza, la biología, hace que una
persona se independice de los padres a los catorce años. Esto ya se sabía mucho
antes de que apareciesen los psicólogos. Los sacerdotes lo descubrieron muchos
años antes; lo han observado desde hace miles de años y han llegado a conocerlo:
si quieres
reprimir a un niño, si quieres que se vuelva dependiente, hazlo lo antes
posible; cuanto antes, mejor. Si puedes hacerlo antes
de los siete años el éxito estará más asegurado. Si no logras hacerlo antes de los catorce años, entonces ya no habrá posibilidad
de hacerlo.
Por eso se interesan en la educación de los niños todo tipo de
personas. Las religiones están interesadas, dicen que los niños
deberían recibir educación religiosa. ¿Por qué? Hay que condicionar sus mentes antes
de que se vuelvan independientes.
El mayor esfuerzo que
tiene que hacer una persona que quiera ser libre, que realmente quiera ser
consciente, que realmente se quiera deshipnotizar —que no quiera tener ningún
tipo de limitaciones, que
quiera fluir en una
existencia total—, es renunciar a muchas cosas de su interior. Y cuando digo, o cuando Buda dice, que tienes que matar a tu padre y
a tu madre, no es que realmente tengas que matar a tu padre y a tu madre, sino
al padre y a la madre que llevas dentro de ti, al concepto.
Osho
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