El problema no es el
mundo. Las personas supuestamente religiosas no hacen
más que decir: «Renuncia al mundo.» Yo te digo que el mundo no es el problema
en absoluto. Renuncia
a la falsedad: ése es el problema. Renuncia a lo artificial: ése es el
problema. No es necesario renunciar a tu familia, pero renuncia a la
familia ficticia que has creado.
Sé verdadero,
auténtico. A veces, será muy doloroso ser verdadero y auténtico, no te lo
regalan. Ser falso y no ser auténtico es fácil, es útil, es cómodo. Es un truco, una estrategia para protegerte, es una armadura. Pero, entonces, te perderás la verdad que llevas dentro de tu
espíritu.
Entonces, nunca sabrás lo que es Dios, porque sólo puedes conocer a
Dios dentro de ti mismo. Primero dentro, y después, fuera, porque es
lo que tienes más cerca de ti, tu propio ser. Si no ves a Dios ahí, ¿cómo
puedes ver a Dios en Krishna, Cristo o Buda? Es absurdo. No puedes ver a Dios en Cristo si no puedes ver a Dios dentro de ti mismo. ¿Y cómo puedes
ver a Dios dentro de ti mismo si estás inventando mentiras acerca de ti mismo constantemente?
Las mentiras son
tan grandes que casi has olvidado cómo es tu ser. Estás perdido en una selva de
mentiras.
Friedrich Nietzsche dijo que el hombre no puede vivir sin mentiras; y tiene
razón en lo que respecta al noventa y nueve por ciento de las personas. ¿Por qué no puede
vivir el hombre sin mentiras?
Porque las mentiras actúan como protección, absorben los golpes. Las mentiras actúan como un lubricante; no
vas chocando con la gente. Sonríes y el otro sonríe, es un lubricante.
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario