miércoles, 23 de octubre de 2013

la vida es amplia. No te compliques, déjate flotar.

«¿Cómo puedo llegar a mi centro?»
Puedes alcanzar tu centro cuando eres afectuoso, cuando estás fluyendo, cuando te fundes en el amor, en la alegría, en la danza, en el placer. Depende de ti. Sigue haciendo las cosas que realmente te gusta hacer y que disfrutas. Si no lo disfrutas, déjalo. Encuentra otra cosa que te guste. Sin duda encontrarás algo que te guste. Nunca me he topado con alguien que no le guste nada. Habrá personas que no les guste una cosa, ni la otra, ni la otra, pero la vida es amplia. No te compliques, déjate flotar. Permite que circule más energía.

Deja que fluya, permite que se encuentre con otras energías a tu alrededor. Pronto te darás cuenta de que el problema no era cómo estar equilibrado, el problema es que te habías olvidado de fluir. En una energía que fluye, de repente, estás equilibrado. A veces, también sucede por accidente, pero la razón es la misma.

A veces, te enamoras de una mujer o de un hombre y, de repente, te sientes equilibrado, te sientes uno por primera vez. Tus ojos tienen un brillo especial, tu cara está radiante, y tu intelecto ya no está gris. Hay algo que empieza a brillar dentro de tu ser; nace una canción, tu caminar tiene ahora una cualidad de danza. Eres un ser totalmente distinto.  Pero estos momentos son escasos porque no aprendemos el secreto.

El secreto es que empieces a disfrutar de algo. Ése es el secreto. Un pintor puede pasar hambre, estar pintando y, a pesar de todo, su rostro refleja satisfacción. Un poeta puede ser pobre, pero cuando está cantando su canción es el hombre más rico de la Tierra. No hay nadie más rico que él. ¿Cuál es su secreto? Su secreto es que está disfrutando el momento.  Siempre que disfrutas algo, estás en armonía contigo mismo y en armonía con el universo, porque tu centro es el centro de todo.

Deja que esta pequeña noción sea tu atmósfera: haz solamente lo que disfrutes, de lo contrario, déjalo. Estás leyendo un periódico y cuando vas por la mitad te das cuenta de que no lo estás disfrutando; no tienes obligación de hacerlo. ¿Por qué lo estás leyendo? Déjalo ahora mismo. Si estás hablando con alguien y en la mitad te das cuenta de que no lo estás disfrutando, aunque sólo hayas dicho la mitad de la frase, párate ahí mismo. No lo estás disfrutando, no tienes obligación de seguir. Al principio te parecerá un poco extraño. Pero no creo que pase nada. Puedes practicarlo.

Al cabo de unos días habrás tenido muchos contactos con tu centro, y entonces comprenderás lo que quiero decir cuando repito una y otra vez que ya tienes lo que estás buscando. No está en el futuro. No tiene nada que ver con el futuro. Ya está aquí y ahora, ya es el caso.


Osho

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