jueves, 1 de agosto de 2013

cada persona es única.

Todo el mundo quiere ser especial.  En eso consiste la búsqueda del ego: ser algo extraordinario, único, incomparable.  Y ahí radica la paradoja, en que cuanto más intentes ser excepcional, más vulgar parecerás, porque todo el mundo anda detrás de lo excepcional.  Y es un deseo muy corriente.  Si te haces normal y corriente, la misma búsqueda de lo normal resulta raro, porque raramente se desea ser un don nadie, raramente se desea ser un hueco, un espacio vacío.

En cierto sentido, esto es extraordinario, porque nadie lo desea.  Y cuando te haces normal y corriente, te haces extraordinario y, naturalmente, descubres de pronto que sin haber buscado nada eres único.

En realidad, cada persona es única.  Si puedes dejar de perseguir constantemente metas, aunque sea un momento, te darás cuenta de que eres único.  No hay nada que descubrir: ya está ahí.  Es así: ser significa ser único.  No hay otra forma de ser.  Cada hoja de cada árbol es única, cada guijaro de una playa es único: no hay otra forma de ser.  No encontrarás un guijaro igual en toda la faz de la tierra.

No existen dos cosas iguales, y por eso no hay necesidad de ser alguien.  Sé tú mismo, y de pronto verás que eres único, incomparable.  Por eso digo que es una paradoja: los que buscan fracasan, y los que no se molestan en buscar, triunfan.

Osho

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