El sufrimiento es un estado de
inconsciencia. Somos
desgraciados porque no somos conscientes de lo Que estamos haciendo de lo que
estamos pensando, de lo que estamos
sintiendo...
y por eso nos contradecimos continuamente, a cada momento. La acción va en una dirección, el pensamiento
en otra, el sentimiento está en otra parte. Nos vamos haciendo pedazos, cada vez estamos
más fragmentados. Eso es el
sufrimiento: perdemos integración,
perdemos
unidad. Perdemos por completo el centro,
somos una simple periferia. Y naturalmente, una vida que no sea armoniosa está
condenada a ser miserable, trágica, una carga que hay que llevar como se pueda
un sufrimiento. Lo máximo que uno puede
hacer es conseguir que este sufrimiento sea menos doloroso. Y existen mil y una clases de quita dolores.
No solo están las drogas y el
alcohol: la religión también se ha utilizado a modo de opio. Deja a las personas drogadas. Y naturalmente, todas las religiones están en
contra de las drogas, porque ellas mismas se dedican al mismo negocio; están en
contra de los competidores. Si la gente
toma opio, puede que deje de ser religiosa; puede que ya no tenga necesidad de
ser religiosa. Si ya han encontrado el
opio, ¿por qué tendrían que molestarse con la religión? Y el opio es más barato, exige menos
compromiso. Si la gente toma marihuana,
LSD y otras drogas más sofisticadas, es natural que no sea religiosa, porque la religión es una
droga muy primitiva. Por eso
todas las religiones están contra las drogas.
La
razón no es que estén verdaderamente en contra de las drogas. La razón es que las drogas son competidores y,
por supuesto, si se puede impedir que la gente use drogas
será
más fácil que caigan en las trampas de los sacerdotes, porque esa es la única
salida que les queda. Es una especie de
monopolio: en el mercado solo queda su opio y todo lo demás
se
declara ilegal.
La gente vive sumida en el
sufrimiento. Solo existen dos maneras de
salir de él: la primera consiste en convertirse en
meditador: alerta, despierto, consciente... y eso es algo
muy
difícil. Se necesita coraje.
La
manera más barata consiste en encontrar algo que te
pueda
dejar aún más inconsciente de lo que ya estás, para que no puedas sentir el sufrimiento.
Encuentra algo que te deje totalmente
insensible, algo que te intoxique, algún
anestésico
que te deje tan inconsciente que puedas escapar a esa inconsciencia y olvidar todas
tus ansiedades, angustias y sin sentidos.
La segunda manera no es la verdadera. La segunda manera solo hace que tu sufrimiento
resulte un poco más confortable, un poco más soportable, un poco más cómodo.
Pero no
ayuda, no te transforma. La única
transformación llega por la vía de la meditación, porque la meditación es el
único método que te hace consciente. Para
mí, la meditación es la única religión verdadera. Todo lo demás es un engañabobos.
Y existen diferentes marcas de opio:
cristianismo, hinduismo, islamismo, jainismo, budismo... pero son solo
diferentes marcas. El recipiente es distinto, pero el contenido es el mismo: todas te ayudan de
algún modo a adaptarte a tu sufrimiento.
Lo que
yo me propongo es llevarte más allá del sufrimiento. No hay necesidad de adaptarse
al sufrimiento: existe la posibilidad de librarse por completo de él. Pero el camino
es un
poco difícil; el camino es un desafío. Tienes
que hacerte consciente de tu cuerpo y de lo que haces con él...
Osho
namaste!
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