jueves, 1 de agosto de 2013

nadie puede hacerte daño cuando no eres nadie.

Solo puede encontrarse el presente cuando cesa la mente.  Cuando el pasado deja de adueñarse de ti y ya no te posee el futuro, cuando te desconectas de los recuerdos y las imaginaciones… ¿dónde estás en ese momento?  En ese momento no eres nadie, y nadie puede hacerte daño cuando no eres nadie.  No pueden herirte porque el ego siempre está dispuesto a recibir heridas.  El ego casi va en busca de las heridas; existe gracias a las heridas, su existencia depende de la desdicha, del dolor.
Cuando no eres nadie, la angustia es imposible, la ansiedad sencillamente increíble.  Cuando no eres nadie, se extiende un gran silencio, una calma en tu interior, sin ningún ruido.  Sin pasado, con el futuro borrado, ¿qué va a producir ruido? Y se oye un silencio celestial, sagrado.  Por primera vez en tu vida, en esos espacios de la no mente, tomarás conciencia de la fiesta eterna, que no termina.  De eso está hecha la existencia.
Excepto el ser humano, toda la existencia es dichosa.  Solo el ser humano se ha perdido, se ha extraviado.  Solo el ser humano puede hacerlo, porque tiene conciencia.


Osho

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