La mente
siempre está en el pasado o en el futuro. No
puede estar en el presente, es absolutamente imposible para la mente estar el presente.
Cuando estás en
el presente, la mente ya no está ahí, porque mente equivale a pensar.
¿Cómo puedes pensar en el presente?
Puedes
pensar en el pasado; ya se ha convertido en parte de la memoria y la mente
puede trabajar con ello. Puedes pensar en el futuro; todavía no está aquí y la
mente puede soñar con ello. La mente
puede hacer dos cosas: puede moverse hacia el pasado, donde hay espacio de sobra
para moverse, el vasto espacio del pasado, en el que puedes seguir y seguir
penetrando; o puede moverse hacia el futuro, donde también hay un espacio
infinito, en el que puedes imaginar y soñar sin límites. Pero ¿cómo va a
funcionar la mente en el presente? En el presente no hay espacio para que la
mente haga ningún movimiento. El presente es solo una línea divisoria, nada
más. Separa el pasado del futuro, no es más que una línea divisoria. Puedes estar en el
presente, pero no puedes pensar en él; para pensar se necesita espacio.
Los ensamientos necesitan espacio, son como los objetos.
Recuérdalo:
los pensamientos son cosas materiales, muy sutiles, pero son materiales. No puedes pensar en
el presente. En el instante en que empiezas a pensar, ya es pasado.
Ves salir el sol y dices: «Qué bello amanecer.» Cuando lo dices ya es el
pasado. Cuando el sol está saliendo no
hay espacio suficiente ni siquiera, para decir «Qué bonito», porque cuando
pronuncias esas dos palabras, «qué bonito», la experiencia ya se ha convertido
en pasado. La mente ya lo ha archivado en la memoria; Pero en el momento exacto
en que sale el sol, el momento exacto en que el sol apareé sobre la línea,
¿cómo puedes pensar? ¿Qué puedes pensar? Puedes estar con el sol que sale, pero
no puedes pensar. Hay espacio suficiente para ti, pero no para los pensamientos.
Ves
una hermosa flor en el jardín y dices: «Qué bonita rosa.» En ese momento ya no estás
con la rosa; es ya un recuerdo. Cuando la flor está ahí y tú estás ahí, los dos
presentes ante el otro, ¿cómo podrías pensar? ¿Qué podrías pensar? ¿Cómo va a
ser posible el pensamiento? No hay espacio para él. El espacio es tan estrecho
-de hecho, no hay nada de espacio- que tú y la flor no podéis ni siquiera
existir como dos seres, porque no hay espacio suficiente para dos; solo puede
existir uno.
Por
eso, en una presencia profunda, tú eres la flor y la flor se convierte en ti.
Cuando
no hay pensamiento, ¿quién es la flor y quién es el observador? El observador
se convierte en observado. De pronto, desaparecen las fronteras. De pronto, te
encuentras con que has penetrado en la flor y la flor ha penetrado en ti. De pronto: ya no sois dos; solo existe uno.
Si
empiezas a pensar, os convertís de nuevo en dos. Si no piensas, ¿dónde está la dualidad?
Cuando existes con la flor, sin pensar, es un diálogo. No un duólogo, sino un diálogo.
Osho
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