Yo no Soy partidario de detener la mente. Soy
partidario de observarla. Se detiene por sí sola, y entonces es hermosa. Cuando algo sucede sin ninguna violencia, posee una belleza propia.
Tiene un desarrollo natural. Puedes forzar una flor y abrirla a la fuerza,
puedes tirar de los pétalos de un capullo y abrirlo a la fuerza, pero habrás
destruido la belleza de la flor.
Ahora está casi muerta. No puede resistir tu violencia. Los pétalos
caerán flojos, inertes, moribundos. Cuando el capullo se abre por su propia
energía, cuando se abre por sí solo, esos pétalos están vivos.
La mente es tu floración. No la fuerces en modo alguno. Estoy en contra
de toda fuerza y de toda violencia, y en particular de la violencia dirigida
hacia uno mismo. Limítate a observar -en
profunda oración, con amor, con reverencia- y a ver lo que ocurre. Los milagros
ocurren por sí solos. No hay necesidad de tirar y empujar.
¿Cómo dejar de pensar? Yo digo que basta con observar, con estar alerta.
Y renuncia a esa idea de detener la mente, porque eso de tendría su
transformación natural. ¡Abandona esa idea de detenerla ¿Quién eres tú para
detener nada?
Como máximo, disfruta. Y no hay nada malo. Aunque pasen por tu mente pensamientos
inmorales, lo que se suele llamar pensamientos inmorales, tú déjalos pasar.
No hay nada malo. Mientras tú te mantengas distanciado, eso no hace
ningún daño. Es solo ficción, estás viendo una película interior. Deja que siga
a su manera y poco a poco te llevará al estado de no-mente. La observación
acaba culminando en la no-mente. La
no-mente no está contra la
mente; la no-mente está más allá de
la mente. La no-mente no se alcanza matando y destruyendo la mente; la no-mente
se alcanza cuando has comprendido la mente de modo tan total que ya no es
necesario el pensamiento... tu comprensión lo ha sustituido.
Osho
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