lunes, 26 de agosto de 2013

Los milagros ocurren por sí solos. No hay necesidad de tirar y empujar.

Yo no Soy partidario de detener la mente. Soy partidario de observarla. Se detiene por sí sola, y entonces es hermosa. Cuando algo sucede sin ninguna violencia, posee una belleza propia. Tiene un desarrollo natural. Puedes forzar una flor y abrirla a la fuerza, puedes tirar de los pétalos de un capullo y abrirlo a la fuerza, pero habrás destruido la belleza de la flor.
Ahora está casi muerta. No puede resistir tu violencia. Los pétalos caerán flojos, inertes, moribundos. Cuando el capullo se abre por su propia energía, cuando se abre por sí solo, esos pétalos están vivos.

La mente es tu floración. No la fuerces en modo alguno. Estoy en contra de toda fuerza y de toda violencia, y en particular de la violencia dirigida hacia uno mismo.  Limítate a observar -en profunda oración, con amor, con reverencia- y a ver lo que ocurre. Los milagros ocurren por sí solos. No hay necesidad de tirar y empujar.
¿Cómo dejar de pensar? Yo digo que basta con observar, con estar alerta. Y renuncia a esa idea de detener la mente, porque eso de tendría su transformación natural. ¡Abandona esa idea de detenerla ¿Quién eres tú para detener nada?

Como máximo, disfruta. Y no hay nada malo. Aunque pasen por tu mente pensamientos inmorales, lo que se suele llamar pensamientos inmorales, tú déjalos pasar.
No hay nada malo. Mientras tú te mantengas distanciado, eso no hace ningún daño. Es solo ficción, estás viendo una película interior. Deja que siga a su manera y poco a poco te llevará al estado de no-mente. La observación acaba culminando en la no-mente.  La no-mente no está contra la mente; la no-mente está más allá de la mente. La no-mente no se alcanza matando y destruyendo la mente; la no-mente se alcanza cuando has comprendido la mente de modo tan total que ya no es necesario el pensamiento... tu comprensión lo ha sustituido.


Osho

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