No
estamos centrados. A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que
una situación nos hace conscientes. Si de pronto se produce una situación muy peligrosa,
empezarás a sentir un centro dentro de ti, porque cuando estás en peligro te vuelves
consciente. Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar; en ese momento
no puedes seguir inconsciente, Toda tu energía está centrada, y ese momento se vuelve
sólido. No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro...
este momento concreto se convierte en todo. Y entonces no solo eres consciente
del asesino, sino que te haces consciente de ti mismo, el que va a ser
asesinado. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.
Por
eso los deportes peligrosos tienen su atractivo. Pregúntale a alguien que haya subido
a la cima del Gourishankar, del monte Everest. Cuando Hillary llegó allí por
primera vez, debió de sentir de repente un centro. Y cuando alguien llegó por
primera vez a la luna, debió de experimentar una repentina sensación de centro.
Por eso el peligro tiene atractivo. Vas
conduciendo un coche, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se
convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar; los pensamientos cesan.
Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. Entonces el presente se
vuelve sólido. En
ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces
súbitamente consciente de un centro en tu interior. El peligro tiene atractivo
únicamente porque en algunas situaciones peligrosas te sientes centrado.
Nietzsche
dijo en alguna parte que la guerra debe continuar porque solo en la guerra se
siente a veces el yo -se siente un centro-, porque la guerra es peligro. Y cuando la muerte se
convierte en una realidad, la vida se vuelve intensa. Cuando la muerte
anda cerca, la vida se vuelve intensa y tú estás centrado. En
cualquier momento, cuando te haces consciente de ti mismo hay un centrado; pero si es una
situación lo que lo ha provoca desaparecerá cuando cese la situación.
No
debe ser algo situacional, debe ser interior. Así pues, procura estar
consciente en toda actividad normal. Inténtalo cuando estés sentado en tu
butaca: sé consciente del que está sentado. No solo de la bútaca, no solo de la
habitación, de la atmósfera que te rodea... sé consciente del que está sentado.
Cierra los ojos y siéntete; profundiza y siéntete.
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario