Los budas son irreconocibles, porque tu vida no
posee la experiencia que se necesita para reconocer a un buda. La persona
sexual puede reconocer lo sexual, la persona interesada en el dinero puede
reconocer a aquel que tiene ese interés, pero ¿cómo vas reconocer a un buda? No
tienes experiencia alguna de la conciencia. En el buda sólo verás tu propia
mente reflejada. Es natural. El buda no hace concesiones; eso crea problemas.
El buda no puede hacer concesiones. La Verdad no puede transigir con ninguna
mentira... ¡Mentiras de conveniencia!
El buda no parece ser muy sociable y algunas veces
parece ser antisocial. El buda nunca
satisface las esperanzas de las multitudes. No puede. No está aquí para
seguirte a ti. Sólo hay una manera: si
quieres estar con él, puedes seguirle; si no, ¡fuera!
El buda no puede satisfacer tus esperanzas. Tus
esperanzas son necias, tus esperanzas son
tus esperanzas: nacidas de la falta de conciencia y la ceguera. ¿Qué
valor pueden tener? El buda es siempre rebelde, antitradicionalista,
inconformista. Eso crea problemas. El buda no pertenece al pasado; de hecho, el
futuro le pertenece a él. El buda siempre se adelanta a su tiempo, el buda es
un nuevo nacimiento de Dios.
Todo esto es suficiente para que una sociedad de
ciegos, locos, hambrientos de poder, ambiciosos egoístas, todo tipo de
neuróticos, psicópatas... Todo esto es suficiente para que esa multitud se
agrupe y destruya cualquier posibilidad de que un buda exista.
Osho
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