sábado, 2 de noviembre de 2013

Conduce toda la responsabilidad hacia uno

 Y ese uno eres tú. Una vez que se asienta esta percepción: «Soy el responsable de mi vida, de todos mis sufrimientos, de mi dolor, de todo lo que me ha sucedido y de todo lo que me está sucediendo. Lo he escogido así. Éstas son las semillas que sembré y ahora recojo la cosecha; soy responsable»... Una vez que esta percepción se convierte en una comprensión natural, todo lo demás es simple. Entonces la vida empieza a dar un giro nuevo, empieza a cobrar una nueva dimensión. Esa dimensión es conversión, revolución, mutación. Porque una vez que sé que soy responsable, sé también que puedo dejar lo que quiera, en cualquier momento, si así lo decido. Nadie puede impedirme que lo deje.
¿Puede alguien impedirme que deje mi miseria? ¿Puede alguien impedirme que transforme mi miseria en dicha? Nadie. Incluso si estás en la cárcel, encadenado, preso, nadie puede aprisionarte; tu alma permanece todavía libre.

Por supuesto, tienes una situación con muchas limitaciones, pero incluso en esa limitada situación puedes entonar una canción. Puedes escoger entre derramar lágrimas de impotencia o entonar una canción. Incluso con cadenas en los pies puedes bailar, así hasta el sonido de las cadenas tendrá una melodía.

Osho

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