Y ese uno eres tú. Una vez que se asienta esta
percepción: «Soy el responsable de mi vida, de todos mis sufrimientos, de mi
dolor, de todo lo que me ha sucedido y de todo lo que me está sucediendo. Lo he escogido así. Éstas son las semillas que
sembré y ahora recojo la cosecha;
soy responsable»... Una vez que esta percepción se convierte en una
comprensión natural, todo lo demás es simple. Entonces
la vida empieza a dar un giro nuevo, empieza a cobrar una nueva
dimensión. Esa dimensión es conversión, revolución, mutación. Porque una vez
que sé que soy responsable, sé también que puedo dejar lo que quiera, en cualquier
momento, si así lo decido. Nadie puede impedirme que lo deje.
¿Puede alguien impedirme que deje mi miseria? ¿Puede
alguien impedirme que transforme mi miseria en dicha? Nadie. Incluso si estás
en la cárcel, encadenado, preso, nadie puede aprisionarte; tu alma permanece
todavía libre.
Por supuesto, tienes una situación con muchas
limitaciones, pero incluso en esa limitada situación puedes entonar una
canción. Puedes escoger entre derramar lágrimas de impotencia o entonar una
canción. Incluso con cadenas en los pies puedes bailar, así hasta el sonido de
las cadenas tendrá una melodía.
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario