sábado, 30 de noviembre de 2013

Este es el secreto de la transformación interna.

Nunca permitas que pase nada por tu mente sin observarlo minuciosamente. Se le atribuye a Sócrates el haber dicho: «La vida no tiene valor si no la has vivido mediante el examen.» Una vida sin examinar es una vida sin valor.

El examen es el primer paso: estar alerta a lo que pasa por tu mente. Y ahí existe un tráfico continuo, por ahí pasan muchos pensamientos, muchos deseos, muchos sueños. Tienes que estar alerta; tienes que examinar todas y cada una de las cosas que pasan por la mente. Ni siquiera un simple pensamiento debe pasar sin que te des cuenta, porque eso significa que estabas dormido. Hazte cada vez más observador.

Y el segundo paso es la investigación. Primero observa, examina; y después empieza a mirar en las raíces. ¿Por qué una determinada cosa sucede una y otra vez? Te llenas de ira una y otra vez: el examen mostrará simplemente que la ira viene y se va. La investigación mostrará las raíces de la ira, de dónde viene. Porque puede ser —casi siempre es así— que la ira sea sólo un síntoma de otra cosa que está escondida. Quizá tu ego se sienta herido y te llenes de ira; pero el ego se mantiene escondido secretamente. Es como las raíces de los árboles: ves el follaje pero no ves las raíces.

Mediante el examen verás el árbol, mediante la investigación verás las raíces. Y sólo viendo las raíces es posible la transformación. Trae las raíces a la luz y el árbol empezará a morir. Si puedes encontrar la raíz de tu ira, verás con sorpresa que la ira comienza a desaparecer. Si puedes encontrar la raíz de tu tristeza de nuevo te sorprenderás.

Primero examina y ve qué es lo que está constantemente en tu mente, qué es lo que se repite una y otra vez. No tienes muchos pensamientos. Si lo examinas minuciosamente verás que sólo tienes unos pocos pensamientos que se repiten una y otra vez; quizá de formas nuevas, con nuevos colores, nuevos vestidos, nuevas máscaras, pero sólo tienes unos pocos pensamientos.

Y si lo examinas minuciosamente te sorprenderás: sólo tienes un pensamiento básico.

Gurdjieff solía decir a sus discípulos: «Primero averigua tu característica fundamental.» Y cada persona tiene una característica fundamental. Puede ser la avaricia, puede ser la ira, puede ser el sexo, la envidia; puede ser alguna otra cosa. Averigua cuál es la característica fundamental, el centro alrededor del cual todos tus pensamientos y estados de ánimo giran. Si puedes encontrar el centro, has encontrado las raíces.

Y el milagro es que una vez que encuentras la raíz no necesitas cortarla, al encontrarla automáticamente queda cortada. Este es el secreto de la transformación interna.

Observa: te entristeces una y otra vez. De repente, sin motivo alguno... todo estaba yendo perfectamente bien, y algún dispositivo se dispara y te entristeces. Y de nuevo la tristeza desaparece, y por la noche vuelve a estar ahí, y así sucesivamente. ¿Por qué sucede esto?

Primero examina, luego investiga. Mediante el examen y la investigación nacerá en ti la cualidad llamada consciencia. Una vez que la consciencia está ahí, posees la espada que puede cortar todas las raíces y todas las enfermedades. Y una vez que nace la consciencia, poco a poco, te sales del pasado y del futuro y entras en el presente. Estás más presente en el presente. Alcanzas una especie de presencia hasta ahora desconocida; te vuelves luminoso. Y en esa presencia, cuando percibes cómo está pasando el momento, todos tus sentidos se vuelven tan puros, tan sensibles, tan sensitivos, tan despiertos y tan vivos, que tu vida entera cobra una nueva intensidad.

      Estarás lleno de entusiasmo. El mundo será el mismo, pero a la vez será diferente: los árboles te parecerán más verdes, las rosas más de color de rosa, la gente más viva, más hermosa... el mismo mundo, pero los guijarros de la orilla te parecen diamantes y esmeraldas.

Osho

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