lunes, 11 de noviembre de 2013

La Verdad libera.

Si algo tiene que prohibirse en el mundo no es el alcohol, sino la política. ¿Y cuántas personas beben alcohol en India? No más del siete por ciento. ¿Y no hay muchas más personas que son políticas? No creo que puedas encontrar ninguna persona que no sea política; muy difícil.

Tú quizá no te dediques a la política, pero la política es algo muy sutil. El marido trata de dominar a la mujer: eso es política. La esposa intenta, a su manera, manipular al marido: eso es política. El niño estalla en una rabieta, quiere el juguete inmediatamente: eso es política. Política significa un esfuerzo para dominar al otro. Y la política es muy embriagadora; es la peor clase de alcohol disponible en el mundo.

Unos pocos se drogan con política de fuerza, otros pocos buscan cobijo en la sexualidad, otros pocos van al bar; pero los más buscan continuamente nuevos deleites espurios, van de uno a otro. Cuando han obtenido uno, y se dan cuenta de que no les aporta nada, de que no les nutre, inmediatamente empiezan a buscar otra cosa. Su vida se convierte en una ocupación constante, para no tener que mirar la pena interna que se está acumulando como una nube, como una nube oscura.

Así que el segundo significado del sutra es: en lugar de buscar deleites espurios, entra en la pena. Medita, entra profundo en ella. No te evadas de tu miseria, porque evadiéndote, nunca aprenderás lo que es; y nunca aprenderás a transcenderla. Y lo maravilloso es que si realmente sabes la causa de tu miseria, en ese mismo saber la transciendes; porque la causa es siempre y siempre, ignorancia y nada más.

Jesús dice: la Verdad libera. Esta es una de las declaraciones más importantes que jamás se hayan hecho; algo muy fundamental a entender por todo aquel que busca. La Verdad libera. No la verdad que tomas de las escrituras, sino la verdad que encuentras experimentando tú mismo.

Estás triste. Entra en tu tristeza. En lugar de evadirte en alguna actividad, en alguna ocupación; en lugar de ir a ver a un amigo, o a ver una película, o encender la radio, o el televisor... en lugar de escapar de la tristeza volviéndole la espalda, deja toda actividad, cierra los ojos, entra en ella, ve lo que es, por qué es. Ve la tristeza, sin condenarla; porque si la condenas, no serás capaz de verla en todos sus aspectos. Mira sin juzgar, mira sin condenar, sin evaluar. Obsérvala, observa qué es. Mírala, como si se tratara de una flor: triste; una nube: oscura; pero mira sin emitir juicios, para que puedas ver todas sus facetas.

Y te sorprenderás: cuanto más te internas en la tristeza, más se dispersa ésta. Si una persona puede internarse profundamente en su pena encontrará que todas las penas se evaporan. En esa evaporación de la pena está la alegría, está la dicha.


A la dicha no se la encuentra afuera, yendo contra la pena. A la dicha hay que encontrarla en lo profundo, escondida bajo la pena misma. Tienes que cavar en tus estados de aflicción; y así encontrarás un manantial de alegría.

Osho

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