Ese método es la conciencia.
Existen muchas enfermedades pero sólo
existe una salud. La cualidad de la salud es una, siempre la misma. El
bienestar que produce la salud es el mismo en todas las personas. Las enfermedades son millones, las cosas incorrectas muchas;
pero la llave que abre todas las puertas, la llave maestra, es sólo una. Y en
lugar de podar las ramas, en lugar de cortar las hojas, ¿por qué no cortar la
raíz misma? Hay mucha gente que poda las ramas y corta las hojas
constantemente; a éstos se les conoce como moralistas.
La persona moral es una persona un poco estúpida;
estúpida en el sentido de que piensa que con cortar las hojas va a destruir el
árbol. De esta manera no lo va a destruir. Cortas una hoja y el árbol te
responde con tres hojas en su lugar; el follaje se hará más espeso. Cortas una
rama y el árbol llevará su sabia y sus jugos a otra rama, y esa otra rama se
hará más grande y más gruesa. Esto es lo que sucede en tu vida.
Alguien está en contra del sexo, alguien reprime el
sexo, corta esa rama. Ahora toda la energía se convierte en ira. Puedes
encontrar historias en las escrituras indias, como la de Durvasa, un llamado
gran mahatma, que reprimió totalmente su energía sexual, y todo él se convirtió
en ira, se volvió rojo de ira.
Y tiene que suceder así. No puedes destruir ninguna
energía. Nunca. No es posible, por la naturaleza misma de las cosas. Las energías sólo se pueden transformar, nunca
destruir. Si tapas una salida, la energía empezará a fluir por otra. Si
cierras la puerta de delante, entonces sale por la de atrás... y por la puerta
de atrás la energía es más peligrosa,
porque hace de tu vida una vida hipócrita, hace que tu vida sea doble. Empiezas
a vivir de una forma dual: dices una cosa y haces otra, muestras una
cosa y eres otra. Cada vez estás más dividido.
Mi énfasis es exactamente el mismo que el de Atisha.
Vienes a mí con mil y un problemas, pero mi respuesta es siempre la misma. Si
vienes con ira digo: sé consciente de ella; si vienes con avaricia digo: sé consciente de ella; si vienes con
lujuria digo: sé consciente de ella; porque la conciencia corta la raíz
misma. Y ¿cuál es la raíz? La inconsciencia es la raíz.
Uno puede enojarse sólo si es inconsciente. Intenta
estar enojado y ser consciente al mismo tiempo y verás que es imposible. O eres
consciente, y a la ira ya no se la encuentra, o estás enojado, y la conciencia
ha desaparecido. Hasta ahora nadie ha sido capaz de hacer coincidir las dos
cosas al mismo tiempo; y no creo que tú vayas a ser la excepción. Inténtalo. Es
posible que creas que están sucediendo las dos cosas simultáneamente, pero si
observas minuciosamente, lo verás: cuando la conciencia está ahí, la ira no
está; cuando la irá está ahí, la conciencia no está. La falta de conciencia es
la raíz de toda enfermedad, por eso la conciencia es la única medicina.
Buda dice: «Soy un médico.» Y en una ocasión alguien
le preguntó: «Dices una y otra vez que eres un médico, pero no veo ninguna
medicina por aquí, ¿qué medicinas aplicas?»
El dijo: «Mi medicina es solamente una: ser
consciente. Prescribo conciencia.»
Y la conciencia no la puedes encargar en la
farmacia; tienes que cambiar tu química interna para crearla.
Tienes
que cambiar tu química interna. Ahora mismo tu química interna funciona de tal
manera que produce ignorancia, inconsciencia. Pero esto puede cambiarse, puede
desautomatizarse.
Pero recuerda, un método es suficiente para corregir
todo el mal. Ese método es ser consciente. ¿Y cómo sabrás que lo has
conseguido? La conciencia es algo interno, está tan profunda que nadie puede
verla. Aun así, si te haces consciente, todo el mundo que tenga un poco de
inteligencia, que tenga ojos para ver, se dará cuenta de ello... porque cuando
la conciencia sucede en el núcleo interno,
la compasión empieza a irradiar, el amor empieza a irradiar.
Buda dice: enciende la vela de la conciencia en tu
corazón, y todo tu ser irradiará compasión. La compasión es la prueba. Recuerda:
a no ser que suceda la compasión, debes estar engañándote, debes estar haciendo
alguna otra cosa en lugar de ser consciente.
Por ejemplo, puedes probar con la concentración. La
concentración no es conciencia y la persona que la practica nunca mostrará compasión. La compasión no es consecuencia de la
concentración. Concentración significa enfocar la mente, reducir su
atención a un solo punto. La mente concentrada se vuelve muy poderosa. Pero
recuerda: la mente concentrada es mente, y muy poderosa; por eso es más
peligrosa que nunca. La concentración es el método de la ciencia.
La conciencia es totalmente diferente; la conciencia
no es enfocar. La conciencia es un estado
de alerta sin foco. Por ejemplo, ahora mismo me estás escuchando; puedes
escucharme de una manera concentrada,
puedes enfocarte en mí; entonces no escucharás a los pájaros y su canción, entonces no escucharás el
ruido de la calle. Entonces no eres consciente, entonces tu mente se ha
estrechado mucho. La conciencia no es el estrechamiento de la mente sino la
desaparición de la mente. El estrechamiento de la mente hace que la mente sea más mente; por eso la mente hindú es más
mente, la mente mahometana es más mente, la mente comunista es más
mente; porque todas ellas son estrechamientos. Unos están enfocados en El Capital, o en El Manifiesto Comunista; otros
están enfocados en el Corán, o en El Dhammapada, otros en el Gita, otros
en la Biblia. ¡Gente enfocada! Esta gente crea mentes estrechas en el mundo.
Crea conflicto. Esta gente no aporta compasión.
Las religiones han existido durante miles de años,
pero la compasión es todavía un sueño. No hemos sido capaces de crear un mundo
que sepa lo que es el amor, que sepa lo que es la amistad, la hermandad. Sí,
hablamos de ello, hablamos demasiado acerca de esas bellas cosas. De hecho, la
charla se ha vuelto nauseabunda. Esa charla le pone a uno enfermo. Tendría que
parar. ¡Basta de charlas sobre la hermandad y el amor y esto y lo otro...!
Hemos hablado de ello durante miles de años sin que haya servido de nada.
La razón es que la mente concentrada se vuelve una
mente estrecha, se vuelve más mente. Y el amor no es una función de la mente,
el amor es una función de la no-mente; o llámalo corazón, que significa lo
mismo. No-mente y corazón son sinónimos.
Ser consciente significa escucharme sin enfocarse;
alerta, por supuesto, sin dormirse; pero alerta a estos pájaros, a su canto;
alerta al viento que corre entre los árboles, alerta a todo lo que está
sucediendo. La concentración excluye mucho, incluye poco. La conciencia no
excluye nada, lo incluye todo.
La conciencia es un estado de no-mente. Eres, pero
no estás enfocado. Eres tan sólo un espejo que lo refleja todo, que devuelve la
vibración de todo, como un eco. Ve su belleza y su silencio y su quietud. De
repente, eres pero no eres; y el milagro comienza a suceder. En este silencio,
sentirás compasión; compasión por todos los
seres que sufren. Y esto no es necesario practicarlo; viene por sí
mismo.
Atisha dice: conciencia en el interior, compasión en
el exterior. La compasión es la cara externa de la conciencia, lo exterior de
la conciencia. La conciencia es tu interioridad, tu subjetividad. La compasión
es el relacionarte con los demás, el compartir con los demás.
Osho
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