La gente está siempre tratando de encontrar chivos
expiatorios. Como no pueden responder al fuerte, se vengan con el débil.
Hay una historia de Mulla Nasruddin. Mulla se
encontraba en la corte de un gran rey. Era el bufón de la corte. Y dijo algo
muy gracioso, pero el rey se sintió ofendido y le dio una bofetada. Ahora Mulla
quería devolvérsela, pero hacerlo era arriesgado, hacerlo era peligroso, así
que abofeteó al hombre que estaba de pie a su lado.
El hombre se quedó sorprendido y dijo:
—¿Qué haces? Yo no te he hecho nada.
Y Mulla respondió:
—¿Por qué discutes conmigo? Puedes sacudir al que
está a tu lado. El mundo es grande, cuando la bofetada venga de vuelta, ya
veremos. Ahora déjala fluir: pásasela al siguiente.
Eso es lo que hace la gente, eso es en realidad lo
que hace la gente. No es tan sólo una historia. El jefe humilla al marido y
cuando éste
llega a casa le lanza su ira a la mujer sin razón ninguna. O quizá encuentre
una razón, siempre puedes encontrar una razón, es muy fácil encontrarla. Las
verduras tienen demasiada sal o el chapatti
está quemado, o cualquier otra cosa. ¡Cualquier cosa! El marido encontrará una
razón y estará convencido de que su enojo se debe a esa razón.
La verdad es que está enojado con su jefe. Pero el
jefe es un hombre poderoso. Si el empleado dice cualquier cosa, puede ser
peligroso, puede costarle el puesto. Así que mientras el jefe le insultaba, él sonreía; se puso a menear el rabo.
Ahora proyecta al jefe en su mujer.
Si la historia sucede en los países de Occidente, la
mujer puede también saltar sobre el marido. Pero si sucede en Oriente, la mujer
no puede hacer nada. En Oriente, los maridos les han inculcado a las mujeres
que ellos tienen que ser tratados como dioses. La mujer no puede decir nada;
tendrá que esperar a que el hijo venga del colegio para entonces hacer con él
lo que quiso hacer con el marido. La madre golpeará al niño. El niño ha llegado
tarde, ha vuelto a romper la ropa, ha vuelto a hacer esto y lo otro, ha vuelto
a juntarse con malas compañías.
Y ¿qué puede hacer el niño? Se meterá en su
habitación y golpeará o destrozará sus juguetes. Y así sigue la bola.
Atisha dice: por favor, no transfieras cosas; si lo
haces, estarás toda la vida transfiriendo y transfiriendo. Responsabilízate,
arriésgate. Responde a la situación, cueste lo que cueste. No traslades la
carga de la vaca al toro.
Osho
No hay comentarios:
Publicar un comentario