lunes, 25 de noviembre de 2013

El que no se ama a sí mismo se convierte en masoquista, empieza a torturarse.

Recuerda que la vida sólo se puede vivir si la vives naturalmente. Si le impones mandamientos artificiales, la destrozarás.

Por ejemplo, te decía: a menos que te ames a ti mismo, no puedes amar a ningún otro. Por eso, sé egoísta, porque el altruismo nace sólo del egoísmo. Pero te han repetido miles de veces que no vales nada. Te han dicho que no tienes ningún valor, que tal y como eres sólo mereces que se te condene, que si no cambias, acabarás en el Infierno.

Tienes que ser digno, tienes que cambiar, tienes que convertirte en un santo, y tienes que llegar a ser esto y lo otro. Una cosa es segura: que tal y como eres no tienes ningún valor. ¿Así que cómo vas a amarte a ti mismo?

Y cuando alguien no puede amarse a sí mismo, cuando se odia a sí mismo, odia a todos los demás, odia al mundo entero. Mediante el odio a uno mismo se adquiere una actitud negativa ante la vida; y la persona que tiene una actitud negativa ante la vida destruirá la vida.

Tus monjes y monjas han tenido todos una actitud negativa ante la vida; no le han dado un sí a la vida, no han contribuido al desarrollo de la vida, no han embellecido la vida, no han sido una bendición para el mundo. ¡Han sido una maldición! Tus monasterios deberían desaparecer; no necesitamos monasterios. Naturalmente que necesitamos sannyasins, pero éstos deben vivir en el mundo, ser parte del mundo. Los sannyasins deben transformar el mundo, pero la transformación básica que tiene que suceder es que se amen a sí mismos.

El que no se ama a sí mismo se convierte en masoquista, empieza a torturarse. Y a esos masoquistas se les ha venerado, se les ha considerado como santos a lo largo de los siglos. Y el que es masoquista no puede ser otra cosa que sádico también, porque como se tortura a sí mismo, le gustaría que se torturase a todo el mundo. La tortura se convierte en su sacrificio a Dios.

Así que ha habido masoquistas y ha habido sádicos. Y como en la vida no puedes encontrar ninguna condición pura no podrás encontrar a masoquistas y a sádicos por separado. Casi siempre sucede que la misma persona es las dos cosas: sadomasoquista. Todo el mundo es así. Has sido condicionado por tus religiones de tal modo que estás en contra de ti mismo y en contra de los demás. Por un lado te torturas con bellas racionalizaciones y por otro, torturas a los demás con bellas racionalizaciones también.

La vida se ha convertido en una cámara de tortura, en un campo de concentración; ya no es una celebración. La vida debería ser una celebración. Si a la naturaleza se le permitiera seguir su curso, la vida sería una celebración.
Así que lo último a recordar es:

No hagas las cosas al revés

Ve con la naturaleza, no intentes ir contra corriente. Ve con la corriente de la vida. Ve con el río, no lo empujes. No intentes conquistar la naturaleza. No puedes; así sólo vas a destruirla y vas a destruirte a ti mismo en el intento. La idea misma de conquistar la naturaleza es violenta, repulsiva. La victoria no será posible en contra de la naturaleza, la victoria es posible sólo con la naturaleza.


Osho

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